Los empleados que trabajan a turnos cambiantes se divorcian el triple que sus compañeros que realizan la misma tarea pero sin cambios horarios. Así lo revela un informe realizado por Comisiones Obreras. Como reconoce Jesús Uzkudun, responsable de Salud Laboral del sindicato en Euskadi, «y por propia experiencia, trabajar a turnos te desregula de tal manera que te lleva a una individualización enorme en tus propias relaciones. Es evidente que dificulta las relaciones sociales debido a la falta de coincidencia y desincronización con los horarios de tu mujer, hijos, amigos, etcétera».
En opinión de algunos expertos, este tipo de rupturas matrimoniales son difíciles de evitar, ya que generalmente se suelen barajar dos posibilidades: o el trabajador a turnos trata de acoplarse a la rutina familiar -lo que le origina fatiga, irritabilidad y bruscos cambios de humor al tener que robarle horas al sueño- o, por el contrario, sigue su ritmo de horarios y se aísla.
Con todo, dormir a deshoras no resulta sencillo. Un descanso adecuado es clave para el equilibrio físico y emocional de la persona. Como apunta Uzkudun, «ha habido casos en los que se han planteado ayudas para insonorizar la casa del trabajador, aunque ha sido algo inusual».
En todo caso, y como en tantas facetas de la vida, el factor personal es determinante, ya que una misma vivencia puede ser asumida por dos personas de forma diametralmente opuesta.
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