El «acoso» laboral en el trabajo, expresado en toda la extensión de la palabra, suele ser tomado a «chirigota» por todo el mundo, pero el asunto en sí no es algo que se deba tomar a la ligera, ya que puede condicionar la vida de las personas que sufren en sus carnes la humillación provocada por sus jefes y compañeros. Una tipología de este acoso es el denominado como «mobbing» que se trata de minar la minar la moral o su estabilidad psicológica.
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó ayer un decreto por el que se reorganiza el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo. Entre las novedades de este proyecto está la puesta en marcha de un organismo denominado de mediación. Según se gerente, Dolores Limón, «la modificación de la normativa de riesgos laborales ha llevado a modificar la estructura».
Este nuevo órgano se encargará de ofrecer ayuda y asesorar a los trabajadores que sufran acoso psicológico en sus puestos de trabajo. El Instituto, que se creó en 1997, se encuentra en la calle de Madrid Ventura Rodríguez, 7.
El trabajador afectado podrá dirigirse directamente a la sede o bien exponer su problema por teléfono. «Nosotros aquí le orientaremos y le diremos qué pasos ha de seguir», asegura Limón. Los técnicos del Instituto se podrán desplazar hasta el lugar de trabajo de la persona que ha denunciado el acoso para conocer de primera mano cuál es la situación en la que se encuentra para poder así elaborar un análisis. Si el asunto es lo suficientemente grave podrá los técnicos pondrán el caso en manos de la Inspección de Trabajo para que tome cartas en el asunto y si procede, en su caso, imponer sanciones. «No es ni más ni menos que lo que hacemos cuando nos enfrentamos a algún riesgo laboral».
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