Covadonga Diaz. Oviedo
La actividad que practican los deportistas profesionales conlleva riesgos para su salud, principalmente patologías cardiacas, fisiológicas y articulares, derivados de la elevada carga de trabajo físico que todos ellos soportan. Esto exige un mayor desarrollo de la prevención de riesgos laborales, corriente que comienza a cobrar auge en el marco de la medicina deportiva.Nicolás Terrados, especialista en Medicina Deportiva, profesor del Departamento de Biología Funcional de la Universidad de Oviedo y facultativo del equipo ciclista ONCE, ha señalado a DM la importancia de tener en cuenta que el profesional asume unos riesgos como parte de su actividad “al igual que hace un minero en su oficio, de modo que una parte importante de la labor de la medicina deportiva será prevenir y controlar esos riesgos laborales, con lo que se trata de una especialidad laboral-deportiva”.En concreto, el problema se plantea muy especialmente para el colectivo de personas que sin ser deportistas de elite, más controlados laboral y médicamente, “realizan cargas de trabajo similares a los profesionales pero sin el control deportivo ni médico que ellos reciben”.
Factores adicionales
Además de los riesgos ocasionados por los accidentes y lesiones deportivas están apareciendo cada vez con más frecuencia “factores de riesgo relacionados con las altas cargas de trabajo y la larga duración de los entrenamientos”, ha precisado este especialista.
Entre ellos se incluyen la deplección de sustratos, acumulación de metabolitos, alteraciones hidroelectrolíticas y en la captación de aminoácidos ramificados o en las enzimas kinasas, el aumento de radicales libres, la acumulación de temperatura y las alteraciones hormonales e inmunológicas.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
