Reivindica la necesidad de aportar un alto grado de humanidad en una profesión en la que Cuba y Navarra se han hermanado.
NATALIA SARA – Pamplona
Se ha llegado a tener que coser las heridas con una fibra de los cáctus porque los medios materiales adecuados escasean. Sin embargo, lo que sobra es la predisposición del personal sanitario, y en concreto en este caso del de enfermería, de atender al paciente en las mejores condiciones y sanarle. Desde lo más básico, como puede ser una sonda, a los equipos técnicos que no pueden repararse si se estropean por falta piezas, en Cuba existe una clara limitación en este aspecto que se ve suplida por conocimientos homeopáticos y de medicina natural y tradicional.
Ante estas situaciones límites de atención al paciente Jovita Páez Armenteros indica que: “Como en Cuba está implicado todo el mundo en esta condición de falta de medios, no es algo sólo de la enfermería, es una situación de Estado, siempre se busca una solución al problema porque el Estado tiene que responder ante la salud del paciente”.
Esta experta en la materia, presidenta nacional de la Sociedad Cubana de Enfermería, SOCUENF y miembro del grupo de expertos de la Organización Mundial de la Salud, así como profesora en la Facultad de Ciencias Médicas, visitó España con motivo de celebrarse las primeras jornadas navarro-cubanas de desarrollo enfermero. Un encuentro que ha surgido como primera iniciativa del recién firmado hermanamiento entre Navarra y la provincia de Las Tunas promovido por la Fundación para el desarrollo de la enfermería, FUNDEN, una sección del sindicato SATSE, que ha realizado el mayor hermanamiento hasta la fecha con este país, ya que cada región de España se ha vinculado a una provincia de Cuba. En el caso de Navarra, Las Tunas está en la zona oriental del país, donde se encuentra entre las dotaciones sanitarias el Hospital Ernesto Che Guevara.
Hay 87.000 enfermeras
Precisamente el domingo día 13 de mayo fue el Día Mundial de la Enfermería, una fecha en la que a ella personalmente le interesa que se difunda el mensaje de que: “No hay nada más importante que la salud y la vida del hombre. La enfermería debe brindar cada día servicios de mayor calidad y con un alta grado de humanidad”.
A este respecto no duda en afirmar que “el trabajo de esta profesión no se puede valorar en dinero y sí por el grado de la satisfacción del paciente”. Estas profesionales tienen en Cuba un gran reconocimiento social. “Es uno de los trabajos más respetado y jerarquizado en el Estado”, explica.
Sobre el papel de esta profesión, que tradicionalmente no ha sido valorada en la medida que le corresponde frente al profesional médico, Jovita Páez recalca que “la enfermera es un profesional independiente, aunque trabaje en un equipo multidisciplinar y cumpla con las prescripciones médicas, tiene sus funciones propias del proceso de atención de enfermería”.
Páez indica que en Cuba la enfermera está bien situada profesionalmente en los equipos multidisciplinares, pero no es dependiente del médico. La licenciatura de enfermería existe en Cuba desde 1976 y consta de 5 años y hay facultades médicas en cada provincia. Actualmente hay 87.000 profesionales de la enfermería en activo que cubren un 78% de las necesidades. “El sistema de salud es progresivo y para este año se espera llegar a tener más de 90.000 profesionales”, puntualiza.
La formación, el intercambio de experiencias es el principal pilar del hermanamiento con Navarra, que se trata de las primeras relaciones que Cuba mantiene en este aspecto con un país europeo.
“Esto es un hermanamiento de cooperación mutuo. Navarra puede aportar unos recursos materiales, pero también en Cuba hay un nivel de preparación en sus recursos humanos que puede aportar ese intercambio de conocimientos para complementar. Va a ser una ayuda mutua, no se trata sólo de recibir Cuba. No aspiramos a que nos den sin dar”, puntualiza. El intercambio científico y aquello que se solicite desde este punto de vista será la principal aportación cubana.
Por su parte, Navarra va a impulsar dos microproyectos: uno de donar 100 bicicletas para que las enfermeras puedan trasladarse desde los policlínicos a los domicilios de los pacientes en las áreas más rurales y de difícil acceso y la construcción de 8 bibliotecas cientificotécnicas. “Lo más grande de un intercambio es el sentido de solidaridad, de humanidad. Nuestra enfermera es muy cercana al paciente”, dice. Para Jovita Páez de cara al futuro próximo es muy importante que FUDEN pueda colaborar a desarrollar el plano informático de la enfermería en Cuba y seguir promoviendo encuentros, foros que permitan el intercambio científicos como estas jornadas.
Las tres claves
Esta experta reduce a tres las claves para avanzar en esta profesión. Indica que, en primer lugar, tienen que existir “el sentimiento de superación entre los profesionales de la enfermería. Que se alcancen niveles más altos de cualificación”. En segundo lugar, “que los gobiernos presten atención a esta profesión, para que se sientan motivadas y reconocidas en su trabajo y titulación”. Por último, seguir impulsando las mejoras en las condiciones de trabajo y las condiciones sociales de las enfermeras”, explica.
El poder dar aliento a una persona, a un familiar al que se le muere alguien… Éso no tiene precio y son actividades de la enfermería por su contacto estrecho, directo con el paciente. El calor humano es muy importante. Existen equipos y aparatos muy sofisticados, pero no satisfacen como la ayuda de una palabra de aliento, un beso a un niño, una sonrisa…”, precisa esta especialista, que lo resume en algo tan sencillo como: “Trabajar con amor, no de manera fría, mecánica, rutinaria”. “La profesión de enfermera necesita poder transmitir ese calor humano al paciente porque esa persona está en una situación difícil, porque no hay nada peor que verse uno mismo o a sus familiares enfermo”, manifiesta Jovita Páez, quien considera que este es un aspecto en que puede ayudarse desde Cuba a los profesionales occidentales a saber desarrollar estas habilidades frente a los tecnicismo.
Diario de Navarra
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