La comunidad mundial percibe atónita el efecto del seísmo en Haití. Difícilmente alguien, por muy avezado que fuese en la materia, podría predecir el cuando detonaría y su magnitud: 7,1 en la escala Richter. Mas sus efectos sí eran predecibles y más que ello, prevenibles.

Haití, hace décadas clama ayuda internacional. Cuantiosos son los recursos destinados para paliar, a modo de reacción, las consecuencias del desastre. Era muy probable, si le hubiesen escuchado a tiempo, salvar más de la mitad de las victimas que hoy nos horroriza.

En la nación haitiana se ha ensañado la naturaleza con el hombre, aprovechando su falta de prevención. El 26 de abril de 1986 en Chernóbil, Ucrania, se ensañó una obra del hombre contra sí mismo y la naturaleza a causa también de la falta de prevención. Por cierto, alcanzó la categoría de nivel 7, aunque en otra escala, INES (Escala Internacional de Accidentes Nucleares).

Con el accidente de Chernóbil nació el concepto “Cultura Preventiva”, clamor de las sociedades desarrolladas y en vía de desarrollo para prevenir accidentes laborales.

En el año 2008 en España, ‘el seísmo de la no prevención’, colectó la vida de 831 trabajadores; 5 más que en el año 2007. Distintos estamentos sociales discrepan con las cifras al no tenerse en cuenta el trabajador autónomo y otros tantos accidentes “in tinere”. La crisis económica contemporánea intenta justificar el no invertir en prevención; y ante este absurdo efecto la sociedad y las administraciones deben de estar muy alertas.

Quien suscribe el presente artículo no discrepa de la estadística de 2008, la desmiente rotundamente. Conoce de una muerte que no contabilizó; sencillamente porque sus responsables decidieron no comunicarlo y quienes tuvieron la oportunidad de desmantelar el fraude, declinaron. “Es posible ocultar la rotura de un dedo; pero ocultar un cadáver resulta más difícil”.

Replicas del ‘seísmo de la no prevención’, del año 2008, le quitó la vida a un trabajador, el 7 de septiembre, en el Sur de Tenerife: falso contrato, alta en la Seguridad Social después de fallecido, no vigilancia de la salud, no formación en prevención de riesgos laborales, tareas que entrañan la manipulación de productos químicos altamente peligrosos sin medios para su protección, fallas o inasistencia de planes de emergencia, imprecisiones -en el atestado- sobre el lugar exacto donde le recogieron y finalmente falleció, empresa principal que no controla a la subcontrata (aún cuando ésta última adeuda cuotas a la Seguridad Social desde el mes de febrero de 2008), en fin una explotación y aprovechamiento evidente de mano de obra emigrante en un país que dista muchísimo de las condiciones sociales y económica de la nación haitiana.

La carga de probar si es Accidente Laboral está recayendo en la familia del trabajador, la más vulnerable y desposeída de recursos. El salario de los últimos meses no se le pagó al trabajador y nada le han indemnizado a la familia.

Los medios de comunicación declinan publicitar los hechos. Y algunos sindicalistas olvidan que al hacer frente a estos desmanes, practicados por algunos empresarios en claro provecho de la necesidad mundial para explotar mano de obra emigrante, estarían previniendo de manera muy acertada el efecto del ‘seísmo de la no prevención’ que sin dudar, en el año 2010, volverá con su temblor a cercenarle la vida a quienes encuentre desprevenidos en el tajo.

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Jorge Chavez Rancel – Perito Ergónomo Forense

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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