El artículo presenta la cultura preventiva caracterizada por la frase “trabajar parar el siguiente” para la eliminación de la siniestralidad. Se basa en el siguiente razonamiento: en la empresa todos los trabajos se hacen en cadena y lo que se hace “aguas arriba” afecta a los procesos “aguas abajo”; debido a ello, hay riesgos “incurridos” asociados con la realización de los procesos, pero también riesgos “inducidos”.

Así, para evitar los riesgos “aguas abajo” se requiere que los procesos anteriores se realicen teniendo en cuenta las necesidades de los siguientes, es decir, “trabajar para el siguiente”.

“Trabajar para el siguiente”, previniendo sus problemas y cumpliendo sus expectativas, evita muchos hechos indeseados tales como errores que causan repeticiones de trabajos, problemas de calidad, nervios, y condiciones de riesgo, que provocan a su vez, llegado el caso, accidentes y enfermedades laborales. … “Trabajar para el siguiente” puede evitar también el estrés y sus consecuencias, el mobbing y, en suma, las pérdidas conocidas como “coste de la no calidad”, valoradas por la literatura (1) en más del 20% de la facturación. Así, esa forma de trabajar mejora la competitividad y la siniestralidad simultáneamente.

¿Es posible practicar el “trabajar para el siguiente” en las empresas? Rotundamente sí. Y no se necesita mucho, sólo tres cosas: compromiso, trabajo en equipo y un método adecuado para llevar a cabo la gestión de estos tres temas. Uno la identificación de los procesos de trabajo en los puestos de trabajo, con la participación de quienes los realizan. Dos la evaluación periódica y participativa de que cada proceso se realiza de la manera adecuada, es decir, “para el siguiente”, de manera que quede claro que no es lo mismo trabajar bien que trabajar mal. Tres, tomar acciones correctoras cuando sea necesario, para asegurar que los procesos se realicen siempre “para el siguiente”. La gestión continua de estos tres puntos, asegura y mantiene un ciclo de gestión que hará que “trabajar para el siguiente” sea parte de la cultura de la empresa en un ejercicio, y lo mantendrá en los ejercicios siguientes.

El método descrito está documentado en dos obras escritas por el autor (2). Referida a una de ellas, la crítica del INSHT (3) (Revista Erga, Vol 16, Nº 7/8 Julio/Agosto 2003) decía: “Si el mensaje llegara a los empresarios, no tenemos duda que éstos harían cola para implantar el método que se propone pues los beneficios son tan obvios que es difícil no darse cuenta de ellos”. Sin perjuicio de que el sistema es también beneficioso para los trabajadores, la afirmación del crítico ya apunta a la máxima dificultad a vencer: la difusión del mensaje a empresarios y trabajadores. Ésto es particularmente cierto en un escenario de “documentalitis” y sanciones de “un sistema preventivo basado en sanciones y medidas coercitivas que a todas luces no resultan suficientes”. Un segundo frente contra la siniestralidad, debería venir a resolver este problema.

Mientras que el cumplimiento de la Ley y el modo de hacerlo basado en la inspección y la sanción es necesario para establecer “el mínimo legal”, “trabajar para el siguiente” supera la Ley y no puede ser alcanzado por ese mismo medio. Para ponerlo en marcha se necesita, además, un segundo frente de actuaciones que mejore la gestión de empresarios y trabajadores, y que tenga la idea de “trabajar para el siguiente”, o una equivalente, como fuerza motora. Esta nueva manera de gestionar la empresa es una verdadera gestión preventiva porque integra la prevención en cada proceso de la empresa.

¿Quienes “pelearían” en ese “segundo frente? Todos los actores de la “Prevención”: la Autoridad, los empresarios, los trabajadores, los representantes de los empresarios, los representantes de los trabajadores, los SPA , las Mutuas… ¡todos!, cada uno en su puesto, con el liderazgo de la Autoridad Laboral.

En un momento en el que se acaban los fondos de la Unión Europea para España, pues pronto puede pasar a ser contribuyente neta, y en el que productos como las motocicletas fabricadas en China, comienzan a venderse en España un 40% más baratas que las fabricadas aquí, conseguir eliminar la siniestralidad y el coste de la no calidad (lo que supone un coste conjunto equivalente al 20% de la facturación de las empresas), puede ser no sólo una cuestión económica, sino una cuestión de supervivencia. ¡Tan importante puede ser iniciar el “segundo frente” que aquí se propone.

Notas:

1. De la Calidad Total. Crosby.
2. “Cómo integrar la Cultura Preventiva en la Empresa. FC Editorial Confemetal 2004, y “Integración de la Prevención en las Empresas. A. Mendoza 2003.
3. INSHT: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
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Alejandro Mendoza Plaza – Ingeniero Industrial. Consultor para Cultura Preventiva y Cero Accidentes.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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