Quien se desempeña en el trabajo sabe que de no aplicar el management muchas serían las cosas que se nos escaparían de las manos. Pero discrepo que en pos de los intereses de la empresa se deje de lado a la persona.

Muchos de los empresarios que se jactan de ser grandes líderes no cumplen con lo que dicen ser. O mejor dicho no controlan que lo que delegan se realice en forma correcta. En organizaciones en que no se hace culto a la continuidad laboral y de crecimiento se crean condiciones en donde el temor juega un papel trascendente. Se pierde el sentido del objetivo a cumplir por otro que es el de subsistencia. La realidad laboral y el desempleo hacen que la persona resigne su capacidad de quejarse ante los abusos que a veces se le aplican. No es la herramienta para lograr que se realicen las tareas justamente la presión, sino crearle valor a trabajo que realizan. Darle sentido a la tarea hace en el personal sentirse útil, más aun cuando hablamos de un rubro en el que se debe primar la vocación de servicio y el espíritu de pertenencia.

El logro del objetivo y el reconocimiento posterior

Todos los componentes de la empresa son parte del trabajo. Como en un circuito electrónico cuando un componente falla no importa su costo ni su función, el equipo no funciona como tendría que hacerlo.

Y de no realizar su reparación a tiempo posiblemente los otros también empiecen a fallar. No sólo hay que repararlo de inmediato sino que es fundamental un mantenimiento preventivo a través de chequeos permanentes. También es importante la modernización y la actualización del circuito. La incorporación de nuevos elementos y la formación periódica hace de nuestro equipo uno de avanzada. Pero cuidado el circuito funciona con un determinado voltaje. Un equipo sobrecargado termina mal, sus componentes quemados o alterados, empieza un proceso de permanentes reparaciones y de ésta forma se pierde el objetivo. Nuestra prioridad será la que el equipo siga funcionando y no para que lo estaban haciendo.

Es importante que quien dirige baje a ver como se andan las cosas. No sólo el management es hacer que las cosas funcionen, también crear las herramientas y el campo propicio para ello.

En seguridad muchas veces existen grandes brechas entre quien dirige y quien cumple. No todo es un modelo de negocio a llevar a cabo. También es hacer práctico y productivo éste proceso.

Cuando se detecta que un problema entra en la espiral burocrática de autorizaciones el modelo debe cambiar adaptándose a esa nueva realidad, buscando una pronta solución. Eso es tener una respuesta correcta en tiempo y forma. Y eso es excelencia en el servicio.

Hay que darse cuenta que lo importante radica en lo cotidiano. En el servicio que brindan, en la respuesta, en la confianza, en la seriedad y en la imagen, en lo que se trasmite y en logro de llevar a cabo el objetivo. Es lo que refieren los clientes internos a la hora de responder. La imagen como patrimonio debe cuidarse en cada uno de los detalles y en cada pequeña acción. Formar en cada integrante un responsable de su tarea. Desde el guardia hasta el ejecutivo y desde el controler hasta el líder. Dividir en pequeñas porciones las tareas y darle la importancia que tienen dentro del conjunto. Nuevamente: crear valor, crear sentido.

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Patricio Morales – Argentina

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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