No negaremos los extraordinarios avances que se han producido en el campo de la aplicación de las normas que tienen que ver con la seguridad y salud en el medio laboral en todos los campos de la producción, pero siendo esto así no es menos cierto que todavía se arrastran importantes carencias, y que tienen que ver con la organización del trabajo, la planificación de actividades y la Coordinación de seguridad y salud.
Las empresas están llevando a cabo sus obligaciones en esta materia a tropezones, sobre todo el segmento que denominamos (pymes) pequeñas y medianas empresas, más preocupadas éstas por el papeleo y la formalidad que por la integración de la seguridad y la salud de los trabajadores en los procesos productivos.Pero como nos demuestran los últimos siniestros laborales ocurridos en nuestra comunidad las citadas carencias las padecen más del 75/% de las obras del sector privado de la edificación.
El empleo abusivo e incontrolado de subcontratistas y las malas relaciones laborales de que son portadores conducen e imposibilitan que las obras posean el mas mínimo organigrama de planificación.
Tampoco estas pymes muestran interés por iniciar cambios hacia otros niveles de calidad, quizás, lo que esta pasando con las coordinaciones de seguridad y salud tenga algo que ver con lo primero, es decir, los profesionales que se dedican a la coordinación de obras, no está delimitado el número de obras que deberían llevar, sobre todo teniendo en cuenta los muchos peligros que encierran las obras de edificación, y por tanto la permanente atención que se debe dedicar por parte de los coordinadores de seguridad y salud.
Otro importante capitulo es lo que se denomina coordinación en fase de proyecto, figura y acciones absolutamente necesarias que, al intervenir en la fase de la redacción del proyecto vendrían a resolver mas del 60/% de los accidentes que se presentan en la fase de obra.
Estas acciones en fase de proyecto deben definir y concretar los procesos constructivos eligiendo aquellos que ofrezcan menos riesgos y sean más seguros y que integren el mayor numero de secuencias del proceso sin que ello en absoluto esté en contradicción con la creatividad de los diseñadores (arquitectos). Pero hemos de reconocer que en muchas ocasiones sometemos a los trabajadores a riesgos totalmente gratuitos.
Ejemplo: la ejecución de fachadas donde hasta tres veces se han de colgar los andamios volados, y evidentemente a los trabajadores a los riesgos que de ello se deriva.
Fachadas con diseño integral, y si no es así, debe ordenarse en el plan de seguridad la utilización de andamios NORMALIZADOS.
Integración que también debe alcanzar a la fase de estructura, con diseño de clausura de huecos tanto de ascensor como de servicios durante la ejecución, esto de manera integral.
Asi como la previsión de sistemas para la sujeción de líneas de vida, para los diferentes oficios y para las protecciones de bordes de forjado, lo que nos evitaría innumerables siniestros casi siempre de carácter mortal.
Integración que tiene que alcanzar a los diferentes medios auxiliares tales como andamios colgados y tipo de estos, métodos de trabajo y elección de materiales teniendo en cuenta la manipulación manual de cargas, sistemas de acopios de materiales, igualmente seguimos padeciendo los maquinillos y los terribles peligros que encierran. Igualmente los que se instalan en fachada, accionados mediante cable cuyo desembarco en planta es terriblemente peligroso.
Soluciones que desafortunadamente y a pesar de ser obligatorias desde el punto de vista legal no disfrutamos todavía en obra.
Es necesario si queremos avanzar en este campo que se comience a planificar, organizar, coordinar e integrar la seguridad en los Procesos Productivos.
Francisco Velasco – Secretario de Seguridad y Salud Laboral de FECOMA CCOO.PV
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