Con frecuencia se escucha: el trabajo es salud; que trabajen los enfermos, el trabajo es tan feo que hasta pagan, que el trabajo es castigo, etc. De esto deduzco que los consejos para la buena salud están contrapuestos a la diversión, al placer y al trabajo mismo. Conduciéndose a prohibiciones; limitando sustancialmente las posibilidades de un enfoque positivo. Esta apreciación es aún más acentuada entre población joven y lleva intrínseco un rechazo cuasi instintivo a todo aquello que precisa investirse de autoridad o referencia institucional administrativa.

Esta situación también tiene que ver con el modo de hacer las cosas, hasta ahora utilizado con frecuencia, con rasgos de ciertos patrones laborales y mensajes sociales contradictorios.

En propuestas leídas, se ha tenido en cuenta este tipo de inconveniente, de forma que se presta una especial atención a compatibilizar el trabajo y la diversión, con una mejor salud sin riesgos; se puede pasar bien, sin necesidad de exponerse a riesgos importantes para la salud.

Realizar el trabajo y controlar la diversión es un mensaje coherente, con la reducción de riesgos físico laborales y la búsqueda de una respuesta compatible, para tener una buena salud.

Por eso, hay que entender que el trabajo y la diversión con actividad física ayuda al movimiento voluntario que realizan los músculos esqueléticos, el cual produce un gasto de energía adicional al que nuestro organismo necesita para mantener las funciones vitales (movimiento, circulación de la sangre, respiración y más).

Por tanto, actividad física es trabajar (física o intelectualmente), andar, transportar un objeto, jugar al fútbol, bailar, hacer los quehaceres de la casa, etc. Razón para pensar que cuando esto se hace como actividad física y se planifica, se organiza y se repite con el objetivo de mantener o mejorar la forma físico – esquelética, le podemos llamar ejercicio físico laboral.

Si además, este ejercicio físico se realiza dentro de unas reglas que conjugan actividades físicas con otras características de la persona, se llama deporte.

Aunque los cuidados deben tenerse y adaptarse a cada edad y persona, podemos considerar que se puede dar para todas las personas.

La actividad física beneficiosa para la salud es aquella de intensidad moderada, que se realiza diariamente, o casi todos los días, con una duración mínima de 30 minutos, haciendo solo ejercicio.

La duración aconsejada depende de la intensidad. Si no puedes realizar actividad física de intensidad moderada, puedes realizar 60 minutos de intensidad suave.

Los 30/60 minutos aconsejados pueden distribuirse en períodos de 10 a 15 minutos, en el transcurso del día cuando este es laboral. A mayor duración diaria, mayores serán los beneficios.

Para facilitar su realización, el mínimo diario puede integrarse en actividades cotidianas, tales como: caminar rápido a nuestro trabajo, subir escaleras, levantarse de la silla y hacer ejercicios de estiramiento (2 minutos), levantar pesos controlados, etc. Este mínimo de actividad física diaria es esencial. Los ejercicios y actividades de menor frecuencia, 2-3 veces por semana, pueden mejorar la forma física pero, tienen efectos menos importantes para la salud.

Las actividades y ejercicios más intensos pueden ser igualmente beneficiosos, aunque no siempre; por eso es importante consultar previamente con el profesional médico antes de iniciar actividades de mayor intensidad, para lograr los objetivos para la salud, por medio del trabajo y la diversión.

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Lic. Eduardo H. Moya Monge – Encargado Salud Ocupacional – Costa Rica

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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