Cecilia Pacheco Cumbre es técnico estadística y trabaja como miembro del personal de la administración del Instituto Nacional de Estadística en Cádiz. Sin embargo, los intensos dolores musculares que sufre le han obligado a solicitar la baja laboral y a ausentarse de un trabajo que dice encantarle.

Esta gaditana es una más de las muchas víctimas de la fibromialgia que viven en Cádiz. Sin embargo, el gran desconocimiento que se tiene de esta afección impide a Cecilia disfrutar de la atención médica y social que merece. Por este motivo, varias de las personas afectadas por la enfermedad se han puesto en contacto con el Servicio Andaluz de Salud (SAS), el cual se ha encargado de colocar carteles por los distintos ambulatorios de la capital gaditana con el objetivo de crear una asociación de personas afectadas por esta gran desconocida. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), la fibromialgia es una enfermedad crónica que ocasiona a quien la padece dolor en múltiples localizaciones del cuerpo, afectando a los músculos y al tejido fibroso, y un cansancio generalizado.

Hace años este proceso se reconocía con el nombre de fibrositis, sin embargo, no se ha demostrado que haya inflamación (la terminación -itis significa inflamación), por lo que se ha adoptado el nombre actual. La fibromialgia es una enfermedad reumática más entre las muchas existentes. Sin embargo, según declara Francisco José Mejuto, médico de atención primaria del ambulatorio ubicado en la calle Cervantes, “aún hay muchos doctores que no reconocen la fibromialgia como una verdadera enfermedad”. De esta forma, aunque la fibromialgia ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud recientemente, hasta ahora no ha formado parte de las materias que se enseñan en las facultades de Medicina.

La precaria información de la que dispone la gran mayoría de los médicos españoles es consecuencia directa de los mínimos estudios de investigación que han tenido como eje fundamental esta enfermedad. Así, una vez más, España se ve obligada a dirigir su mirada más allá del Atlántico para conocer los descubrimientos que llevan a cabo los americanos. El hecho de que los síntomas de esta enfermedad fantasma sean comunes a otras alteraciones aumenta la desorientación de los pacientes quienes se ven obligados a llevar a cabo un largo peregrinar por multitud de consultas y distintos médicos de diferentes especialidades hasta poder ser diagnosticados de una enfermedad a la que no saben cómo enfrentarse. Así, las múltiples molestias que ocasiona la fibromialgia a quien la sufre, junto con el hecho de que con frecuencia no sea identificado el proceso, ocasionan inquietud en el enfermo. Esto ha llevado a pensar que dicha afección aparece pareja a trastornos depresivos y psicológicos, que “no son más que los mismos que acompañan a cualquier enfermedad crónica”, afirma Mejuto.

Se han descrito casos de fibromialgia que comienzan después de hechos puntuales, como puede ser una infección bacteriana o viral, un accidente de automóvil o un divorcio.

En otros casos, aparece después de que otra enfermedad conocida limite la calidad de vida del enfermo (artritis reumatoide…) Estos agentes desencadenantes no parecen causar la enfermedad, sino que lo que probablemente hacen es despertarla en una persona que ya tiene una anomalía oculta en la regulación de su capacidad de respuesta a determinados estímulos.

Asimismo, los síntomas más destacados de la fibromialgia, como los trastornos del sueño, el malestar abdominal o el aumento de los dolores de cabeza o los lapsos de memoria, hacen que los enfermos no puedan desarrollar una vida totalmente normal, “sobre todo en los momentos de crisis, en los que los dolores aumentan”, afirma María Antonia Jiménez Gómez, otra de las afectadas por esta enfermedad en la capital gaditana. La desorientación de pacientes como ella se debe, fundamentalmente, a que, en la actualidad, no existe ningún análisis de laboratorio para el diagnóstico de la fibromialgia. Así, para que éste se lleve a cabo, primero se deben eliminar otras enfermedades que tienen síntomas semejantes.

Ademas, según los criterios diagnósticos oficiales, establecidos por el American College of Rheumatology, un paciente tiene que presentar dolores generalizados en los cuatro cuadrantes del cuerpo por un período, por lo menos, de tres meses.

Por último, el paciente debe tener 11 de los 18 posibles puntos sensibles al dolor que han sido establecidos para diagnosticar esta enfermedad. Así, los reumatólogos y fisiátricos son, muchas veces, los más experimentados para diagnosticar la fibromialgia.

Polémica sobre las consecuencias laborales

El hecho de que el 90% de los enfermos de fibromialgia sea un sector discriminado como lo es el de las amas de casa, ha contribuido a que esta enfermedad haya sido “poco estudiada”, afirma el doctor Mejuto. No obstante, la cada vez mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo fuera de casa ha abierto una polémica sobre la posible incapacidad laboral que se derivaría de la fibromialgia, la cual es incapacitante para un 20% de los enfermos.

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Cádiz Información – Marina Romero

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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