Casi la mitad de las víctimas de los accidentes de tráfico son trabajadores que realizan desplazamientos relacionados con la actividad laboral y al menos una de cada tres de las muertes por accidente de trabajo se producen en este tipo de desplazamientos. Son datos aparecidos en un reciente informe llevado a cabo por el Centro de Ergonomía y Prevención de la Universitat Politècnica de Catalunya que pone en evidencia, con abundante información empírica, la importancia creciente del factor movilidad vial en la siniestralidad laboral. Un problema frente al que las empresas y las mutuas persisten en afirmar que “esto no va conmigo”.

Los accidentes laborales-viales aumentan su incidencia año a año mientras las tasas de los accidentes de trabajo y de tráfico disminuyen o se estabilizan. Este es uno de los datos más llamativos e impactantes del informe de la Universitat Politècnica de Catalunya. Un dato que muestran la dimensión claramente emergente del problema. Los accidentes laborales-viales han crecido alrededor de un 4,5% en el período 19-204, mientras que los de tráfico y el total de los de trabajo han experimentado una clara contención. En el caso de los accidentes mortales, tanto los de origen laboral como los de tráfico se redujeron en estos 6 años en un -1,6% y -3,3% respectivamente, mientras que los accidentes laborales-viales crecían casi un 1%.

Los autores del informe explican la tendencia creciente de este fenómeno desde el análisis de los cambios estructurales del urbanismo y la economía en nuestra sociedad: la relación entre el transporte y el crecimiento económico, la existencia de anillos concéntricos alrededor de las ciudades, con viviendas a un coste más asequible en los anillos externos, y la existencia de estructuras policéntricas alrededor de las grandes urbes”. Además, señalan como otras causas “el incremento del precio del suelo que hace que las familias se desplacen a ubicaciones más alejadas de los centros de trabajo y las industrias se desplacen a polígonos industriales”.

La mayoría de los accidentes laborales-viales ocurren in itinere, con una mayor frecuencia en los trayectos de ida al trabajo que en los de vuelta a casa. Sin embargo, el riesgo de que un accidente laboral-vial tenga consecuencias mortales es 1,5 veces mayor en el caso de los accidentes en misión que en los in itinere. Es decir, mayor frecuencia de accidentes in itinere pero mayor mortalidad en accidentes en misión durante la jornada laboral, una situación en la que la conducción suele ser más complicada debido al estrés o a tener que realizar actividades múltiples (conducir, utilizar el mòvil, consultar planos, etc.)

Los países más avanzados de Europa están abordando seriamente este problema desde hace años. Países como Alemania, Francia o el Reino Unido ya han desplegado un número importante de acciones. Las mutuas alemanas, por ejemplo, desarrollan conjuntamente con el Consejo de Seguridad Vial un programa específico para fomentar la seguridad y conducción responsable en el trabajo, basado en la motivación e implicación de la dirección y los trabajadores de la empresa. La Administración alemana promueve el establecimiento voluntario de círculos de seguridad vial en las empresas para discutir los puntos críticos y diseñar soluciones.

En Francia, las instituciones han realizado un gran esfuerzo por incorporar el riesgo vial a la gestión de la prevención de riesgos laborales en las empresas, promoviendo su evaluación mediante diagnósticos del riesgo vial del mismo modo que se realiza con los riesgos tradicionales, fomentando la creación de clubes de seguridad vial y auspiciando la realización de auditorías sistemáticas de todos los accidentes laborales-viales. Se ha estudiado, incluso, la posibilidad de dar una formación post-carnet a los conductores de vehículos ligeros.

La Comisión Nacional Británica de Salud y Seguridad creó en 201 un grupo de trabajo independiente y específico para abordar este problema con objeto de iniciar un debate sobre la propuesta de que los empresarios incluyan en sus planes de prevención de riesgos laborales los accidentes de sus trabajadores en la vía pública durante el trabajo. En 203, la inspección de trabajo (HSE) precisó la obligación de cada empresario de integrar en la evaluación de riesgos la conducción en el marco del trabajo.

La Royal Society for Prevention of Accidents, por su parte, promueve distintas actividades de sensibilización, desde concursos sobre mejores prácticas a programas de formación. Según este organismo, la formación de conductores profesionales podría evitar dos tercios de los accidentes en ruta.

Otros países, como Austria o Dinamarca, están también progresando en el desarrollo de acciones para abordar seriamente la problemática del riesgo laboral-vial. España, junto con Italia, está en el grupo de los que están comenzando a preocuparse por el problema, lo cual es ciertamente mejor que no hacer nada, pero el reto es pasar de las acciones puntuales y esporádicas a políticas sistemáticas.

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Ximo Massot – Revista Por Experiencia – ISTAS

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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