A veces cuando se pretende explicar el origen de un determinado evento no deseado se recurre a lo más fácil: “el Exceso de Confianza”. La impotencia de muchos de comprender las complejas funciones psicológicas del ser humano y dar con el diagnostico – O también llamado: Causa Básica – se trasunta en la consabida frase: “Sucedió por Exceso de confianza”.

¿Realmente suceden las cosas por exceso de confianza?

¿Que es la confianza?

El diccionario de la Real Academia define que la confianza es la Esperanza firme que se tiene de alguien o algo. Es la Seguridad que alguien tiene en sí mismo.

¿Es malo tener una gran confianza en si mismo? ¿Es negativo tener una esperanza firme? No.

El modo como se “hace seguridad” hoy en dia no es el más eficiente. Contrariamente a lo a más conveniente, se estudian y tratan los procesos y se redoblan esfuerzos para conseguir la adaptaciòn de las personas a ellos, la mayoría de los sistemas de gestión están basados en este inadecuado enfoque, cuya base està en la ingeniería, la producción, las utilidades y no en la psicología del trabajador.

Exceso de Confianza: Eliminemos ya este viejo paradigma o creencia erróneaCada persona tiene la capacidad de percibir e identificar los peligros a su alrededor, es parte de su “instinto de conservación vital”, de su autoestima, de su valoración y de su adaptaciòn al entorno. Aun cuando las valoraciones que realizamos los prevencionistas no siempre son exactas, muchos dicen que los prevencionistas “vemos lo que otros no ven”, y ello es muy cierto. Los prevencionistas por donde van evalúan los riesgos y toman acciones correctivas. Esta referida capacidad de percepciòn ha sido forjada por la experiencia y la formación académica.

Es un logro adquirido en el cual basa su actividad y desempeño profesional. A ello, se le llama: Capacidad de Percepciòn del Riesgo. Cuando en el trabajador o en el funcionario a cargo de el, dicha capacidad no es adecuada surgen los problemas, no se detectan los peligros y se subestima el riesgo, se sobreestima la capacidad de respuesta frente al riesgo subestimado, se ignora el riesgo, no se identifica el peligro, etc., y todas estas cualidades se basan en el buen funcionamiento de la esfera psicológica.

Uno de los objetivos de todo Sistema de seguridad es elevar la autoconfianza, tanto en cada trabajador como en toda la organizaciòn. Mientras más confianza tenga una persona en realizar un trabajo bien hecho, más satisfacción obtendrá luego del cumplimiento de su labor. No es el exceso de confianza lo que genera accidentes. Lo es si: la discapacidad o nivel inadecuado de percibir y darse cuenta de los riesgos a los que se està expuesto y el que por dicha discapacidad se actué inadecuadamente dando como consecuencia una conducta no acorde con la autoprotección.

Una de las tareas cotidianas que tiene el prevencionista moderno es la de observar las conductas de las personas (Conductas deseadas y Conductas No deseadas), dicha observaciòn permite evidenciar y darse cuenta como lo “seguro” se transforma hasta convertirse en algo “menos seguro”. Esa es la percepción del prevencionista y a dicha capacidad de percepciòn como està dicho se le llama: Percepción del Riesgo.

En las diversas gestiones de la actividad preventiva, que se realizan en las diferentes empresas cuando se intenta abordar la prevención desde la vertiente de la conducta, se centran en los cumplimientos e incumplimientos de los procedimientos de alguna parte de los procesos, se desestima la psicología del trabajador, se ignora cual es su cultura general, su inteligencia emocional, el entorno en el cual creció y desarrolló su personalidad, el entorno psicosocial y laboral, etc.

Realmente por lo punitivo, se trabaja “al látigo”. Dichos tipos de gestión predisponen a un estancamiento. La gestión preventiva, como interdisciplinar que es, requiere de una intervención diferente polifactorial y sistémica. Se debe comprender al trabajador inmerso en un todo, holísticamente, su psicología, su comportamiento y su adaptaciòn al entorno o contexto: Su desempeño individual y su desempeño en la organizaciòn.

Estamos de acuerdo que todos somos diferentes, que tenemos una psicología diferente y por ende una capacidad de percepciòn diferente, pero generalmente no se atiende a los factores contextuales como: Cultura, alternativas disponibles, contexto geográfico, contexto político, situación económica, condiciones de Estrés, acontecimientos recientes en dicha tarea o puesto de trabajo, el modo y cualidad de la comunicación de los riesgos. Etc. y a los factores individuales como: Variables demográficas (edad, etnia por ejemplo), personalidad, valores y creencias (paradigmas), vulnerabilidad personal a la influencia del grupo (incluidas las presiones de los compañeros), control, destreza, temeridad y clima organizacional percibid, motivación que genera el riesgo, homeostasis del riesgo, atención y estado de ánimo, etc.

Aunque será muy traumático para algunos profesionales, es sumamente necesario realizar un gran cambio en la formación del futuro prevencionista: El prevencionista debe ser formado en las canteras de la psicología y no de la ingeniería. Para comprender esta audaz postura basta con revisar cual es el objeto de estudio de cada profesional: Mientras que para la psicología el objeto de estudio es la persona humana y su felicidad, para el prevencionista formado en la ingeniería lo es la productividad, los procesos y la generación de utilidades, postura incongruente con las funciones que realizan. Es imperativo un enfoque diferente para la prevenciòn de accidentes que trabaje en la psicología de la persona, que logre elevar su percepciòn del riesgo al nivel del prevencionista.

La gestión de la actividad preventiva continúa mejorando y perfeccionándose en muchos aspectos, sin embargo, otros quedan relegados a un segundo o tercer plano, como son los aspectos psicosociales. Entre estos últimos cabe destacar, por su trascendencia e influencia, la percepción que tienen todos y cada uno de los trabajadores respecto de los riesgos a los cuales consideran que están expuestos, así como el grado de exposición y la estimación del posible daño en el supuesto que se materialice dicho riesgo, en un accidente.Si el trabajador se dà cuenta y percibe de manera subjetiva la existencia de un riesgo, aunque de manera objetiva no exista, el trabajador se comportará como si realmente existiese, y por tanto empleará parte de sus esfuerzos en poder controlar ese riesgo subjetivo, porque él lo percibe como objetivo. El objeto de todo sistema de gestión de la seguridad es elevar el nivel de percepciòn de los riesgos de las personas expuestas a los riesgos, pero, ¿si hablamos de niveles de percepciòn, acaso no es algo que pudiera diagnosticarse, medirse, moldearse, modificarse o tratarse? Por supuesto que si. Manos a la obra.

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Lic. Luis Asunción Valverde – Psicologo, Prevencionista

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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