Desde el departamento de Sanidad del Gobierno vasco hay establecidos protocolos para la regulación de espacios sin tabaco en la empresa y se recomienda que los pasos, ante todo, sean progresivos. «Lo ideal de la regulación en esta materia es que tenga carácter educativo porque las cosas siempre salen mejor si se cumplen por convencimiento y por consenso que por imposición».
En este sentido, se establecen varias fases para la creación de los espacios sin tabaco en lugares de trabajo. Así, en primer lugar es preciso conocer el número de personas que fuman y su actitud hacia la regulación de áreas para fumar, así como detectar los espacios de trabajo en los que pueda surgir un conflicto entre los fumadores y los no fumadores. Por ello, es necesario localizar lugares para fumar que estén aislado y, sobre todo, bien ventilados, aunque no tienen que ser muy espaciosos.
En una segunda fase, no hay que pasar por alto recopilar y analizar los datos obtenidos e informar a todas las personas implicadas para empezar a tomar decisiones sobre el asunto.
Como señalan desde Sanidad, llegar a un consenso en la regulación de espacios sin tabaco es la parte más delicada del proceso. «Es muy importante evitar discusiones estériles e ir directamente a los aspectos operativos: ¿dónde se puede fumar?, ¿con qué frecuencia?, ¿va a haber áreas compartidas por fumadores y no fumadores?, ¿qué se hace cuando se reciben a clientes o visitantes?».
Por último, una vez adoptada la decisión, «se recomienda» informar por escrito y de manera personalizada sobre las decisiones consensuadas, señalizar los espacios con claridad y retirar ceniceros de los espacios que se hayan consensuado sin tabaco, así como informar a clientes, visitantes y colaboradores que acudan a la empresa, de las normas vigentes respecto al consumo de tabaco.
Deia
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