Hasta hace “relativamente” poco tiempo, en nuestro país no se había dado a conocer el nuevo fenómeno llamado “mobbing”, “acoso psicológico en el trabajo” ó “psicoterror laboral”; la acepción que empleemos para referirnos a este problema resulta indiferente. Es mas, aún existen muchos españoles que no han oído hablar de él e ignoran de qué se trata. Pero lo cierto, es que, al igual que ocurre con cualquier otro tipo de violencia (maltrato físico, maltrato psíquico, acoso sexual, etc…), el acoso moral en el trabajo viene existiendo desde que se conocen o se producen las relaciones de poder en el sistema y, en este caso concreto, el poder que ejercen los más fuertes frente a los más débiles dentro del proceso productivo u organizacional en el lugar de trabajo.

Así pues, no estamos ante una nueva realidad sociolaboral, ni ante un fenómeno raro, sino todo lo contrario, dado que este mal o persecución psicológica, la padecen millones de empleados en Finlandia, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Bélgica, Portugal, Italia y España, entre otros. La única diferencia entre el ayer y el presente es que los europeos y, concretamente los españoles, hemos encontrado una vía de escape, una solución en la denuncia del maltrato psicológico, bien a través del Comité de Empresa bien ante las Autoridades Laborales o Judiciales, que, cada vez más, conocen este tipo de siniestralidad y apoyan su prevención. Es por ello, que ahora resulta más conocido.

Los antecedentes históricos sobre el mobbing lo encontramos en 1976, de la mano de Brodsky que mencionaba en su obra al trabajador acosado, pero lo hacía de forma muy escueta, ya que su libro iba más encaminado a describir la vida dura del trabajador y su situación. Brodsky no estuvo interesado en el análisis de estos casos de terror psicológico, sino mas bien pretendía que se implantara una nueva ley del ambiente de trabajo en Alemania.

No obstante, fue el psicólogo alemán Heinz Leymann, pionero en la materia y considerado experto internacional principal, quien, a principios de los años ochenta, comenzó a estudiar con detenimiento dicho fenómeno, argumentando que “el atestar en la vida laboral implica hostilidad y que la comunicación es dirigida sistemáticamente por uno o más individuos, principalmente hacia otro individuo, el cual se encuentra en una situación desamparada e indefensa, permaneciendo en la misma por tiempo prolongado“.

El maestro pensaba que debido a la duración de alta frecuencia y larga del comportamiento hostil, este maltrato daba lugar a miseria mental, psicosomática y social considerable.

Gracias a sus méritos como científico, el profesor Heinz Leymann obtuvo una amplia experiencia con las víctimas que atestan como sus pacientes. Trató a más de 1.300 de estos pacientes, 300 de los cuales como hospitalizados en una clínica con programas especialmente diseñados del tratamiento, detectando ese comportamiento hostil entre los empleados en los lugares de trabajo.

El mobbing se suele dar más en los países desarrollados, cuya táctica consiste en ir desgastando psicológicamente a un empleado hasta conseguir que se autoexcluya, ya sea abandonando la empresa, solicitando traslado o pidiendo la baja laboral. En muchos casos el trabajador llega a perder su capacidad de autoestima, concentración, interés, etc…, con lo cual su capacidad laboral disminuye o se anula. Permanece profesional y psicológicamente deteriorado, creyéndose culpable de tal situación.

Se trata de una técnica de intimidación propia de empresas u organizaciones institucionales que no quieren o no pueden proceder al despido, por la cual el hostigador utiliza su cargo superior para ir arrinconando y aislando al trabajador elegido hasta acabar por inutilizarlo, después de un lento proceso de desgaste del que, a diferencia del acoso sexual o la violencia física, no quedan huellas aparentes y resulta difícil de demostrar por las escasas pruebas físicas que puedan existir.

Una vez se ha comprobado que el problema es claramente un caso de mobbing, utilizándose como medios o instrumentos de detección los cuestionarios, entre otros, Heinz Leymann recomienda para salir del trance: buena forma física y mental; confianza en uno mismo con recuperación de la autoestima; reclamar la consideración del entorno; no caer en provocaciones; buscar apoyo en la familia y los amigos; procurarse una estabilidad económica; buscar un margen de maniobra para no sentirse bloqueado y sin salida, y recurrir al apoyo psicológico.

En el año 2000 en la Unión Europea, el porcentaje de empleados que padece acoso psicológico en su centro de trabajo, sin distinción de empleos, empresa, ni sexo, cada vez es mayor. Según fuentes de la OIT, 13 millones de trabajadores fueron víctimas de mobbing en dicho año (el 9 % de la población activa). En España (2000) afecta a más de 750.000 asalariados.

En la actualidad, esta problemática sociolaboral ha logrado tal alcance, magnitud y relevancia por la necesidad emergente de actuar al respecto, que hasta los medios de comunicación, en sus servicios informativos, han divulgado la noticia. Se han celebrado Jornadas y Conferencias en las distintas ciudades del territorio español. Las organizaciones sindicales, en su lucha por defender los derechos de los trabajadores, informan y asesoran a éstos para que pongan fin a la situación de mobbing en su lugar de trabajo; además, persiguen por todos los medios que el acoso moral sea entendido como importante riesgo laboral y se considere accidente de trabajo, al igual que lo reivindican las numerosas asociaciones creadas para ayudar a estas personas y a sus familiares. Los psicólogos y expertos continúan realizando estudios y ya son muchas las publicaciones existentes sobre el tema. Y no es para menos…., pues, más de un 15% de trabajadores españoles, casi 2.000.000 de asalariados, se han sentido víctimas de esta persecución psicológica que se produce de forma sistemática y prolongada en el tiempo dentro del ámbito laboral, conocida como psicoterror laboral. Dicho fenómeno se ha llegado a convertir en la primera causa de baja laboral en el presente 2.002, suponiendo grandes costes económicos para el Estado, así como una disminución importante de la productividad.

Referencias:“El atestar en el lugar de trabajo”. Autor: Heinz Leymann

“Mobbing: Cómo sobrevivir al psicoterror laboral” Autor: Iñaki Piñuel y Zabala

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Marian

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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