La “grave imprudencia” cometida por el encargado de una obra en Rocafort le costó la vida a un trabajador. Cayó desde un cuarto piso por el hueco de un ascensor de una finca en construcción. El responsable no colocó una barandilla de seguridad pese a que se lo ordenó la empresa. La Audiencia le impone un año y nueve meses de cárcel.
Pese a que en el libro de órdenes de la empresa constructora consta que se encomendó al encargado de obra la misión de colocar una barandilla de seguridad en el hueco del ascensor, jamás se hizo. Y dicho incumplimiento le costó la vida al peón E.M.
El accidente laboral, acaecido en junio de 2002 en un edificio en construcción, también ha tenido un coste para el responsable de dicha imprudencia grave. La Audiencia de Valencia confirma la pena de un año y nueve meses de prisión para A.O.O. por un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de homicidio imprudente.
La víctima se hallaba terminando un tabique situado a unos 50 metros sobre el hueco del ascensor. Unos tablones de madera hacían las veces de frágil plataforma sobre el vacío. Eufronio comenzó a trabajar sobre la misma, pero las tablas no aguantaron el peso y se quebraron. El empleado cayó desde una altura de cuatro pisos y falleció como consecuencia de una hemorragia interna, tal y como relata la sentencia.
A.O. era el encargado de “velar por la observancia de las medidas de seguridad” en la obra. Como recoge la resolución, los inspectores que acudieron al lugar tras el siniestro constataron que en el hueco del ascensor no existían las preceptivas barandillas para evitar caídas accidentales.
La Audiencia (que rechaza un recurso del procesado y confirma la sentencia del juzgado de lo penal número uno de Valencia) indica que en el resto de la obra sí había suficientes medidas de seguridad, pero no así en el punto del accidente. Y reitera que A.O. era “el encargado de aplicarlas a pie de obra”.
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