La industria química se presenta como el sector con más peligrosidad inherente y sin embargo es el que presenta los índices de siniestralidad más bajos en nuestra provincia. Sólo uno de cada cien accidentes laborales registrados en las empresas de Huelva corresponde a industrias del Polo Químico y menos de tres de los que protagoniza la industria en general son consecuencia de la actividad química, lo que demuestra tanto el elevado grado de cumplimiento de la normativa, como el nivel de exigencia de estas plantas, cuya actividad se debatió ayer en el contexto de la celebración del IX Congreso Andaluz de Seguridad y Salud Laboral “Prevexpo 2008”, que organiza la Consejería de Empleo y que desde el miércoles y hasta hoy se celebra en la localidad de Punta Umbría, con el objetivo de aproximar enfoques, debatir, discutir e intercambiar información entre profesionales y científicos, y otros agentes interesados en la salud de las empresas.
Que la química sea una de las actividades con menor número de accidentes en el tajo está íntimamente relacionada con la estabilidad laboral. En Huelva, según los últimos datos de la Asociación de Industrias Químicas y Básicas (AIQB), el 95% de los trabajadores está contratado de forma indefinida (en los últimos diez años la media de estabilidad se sitúa en el 90%), mientras que la media provincial no llega ni siquiera al 5%, lo que convierte a Huelva en la provincia andaluza con más precariedad laboral.
En este sentido, la sesión de ayer, en la que estuvieron presentes representantes de la industria química de Huelva a través de AIQB y Cepsa, así como de miembros de la patronal nacional del sector (FEIQUE), sirvió para equiparar la seguridad con la estabilidad y la inseguridad con la precariedad o la rotación excesiva o supresión de puestos “prescindibles”.
Además del elevado cumplimiento de la legislación, la química onubense ha sabido convertir la seguridad en “un valor ético”, según se destacó durante el desarrollo de las sesiones del “Prevexpo 2008”, ya que la seguridad “depende de uno mismo”, según el presidente de AIQB, Gerardo Rojas. Y es que las estadísticas demuestran que entre el 85% y el 95% de los accidentes laborales son consecuencia de la actividad de los trabajadores y, por tanto, son evitables con una cultura de prevención y un “estricto control de hábitos y actuaciones”. “Hay que controlar el nivel en el que estamos sin ningún tipo de relajación”, subrayó Rojas.
Precisamente por la peligrosidad inherente de los productos químicos, la industria del Polo ha estado sometida a controles exhaustivos, que se han endurecido con la aplicación (en junio de 2007) de la normativa europea “Reach”, que se presenta como el instrumento para garantizar un elevado nivel de protección de la salud humana, así como del medio ambiente, si bien desde los agentes implicados ayer se reclamaba que el cumplimiento de esta normativa se exija de la misma forma a todas las empresas e intermediarios con sustancias o preparados químicos.
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