Uno de cada tres médicos y enfermeros de Atención Primaria sufre el síndrome de burnout o estar quemado, debido a la “fuerte carga de trabajo, las carencias técnicas y de medios asistenciales y el desbordamiento de los servicios sanitarios”, entre otros factores, según apuntó el facultativo Manuel Ortega Marlasco, miembro de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc) y portavoz provincial en Cádiz de la Plataforma 10 Minutos.
En declaraciones a Europa Press, Ortega Marlasco, quien impartió y coordinó el seminario Prevención del burnout en médicos y enfermeros de Atención Primaria en el marco de los cursos de verano de la UPO de Carmona (Sevilla), se refirió así a un fenómeno “que crece cada día de forma exponencial en el conjunto del sistema sanitario español” y que está provocando, añadió, “el deterioro de la sanidad pública y la despersonalización y deshumanización de las prestaciones sanitarias”.
En este sentido, dicho experto vaticinó que el porcentaje de profesionales sanitarios “que se siente quemados”, y que se sitúa actualmente en un 33 por ciento, “aumentará considerablemente en los próximos años”, si no se ponen “freno” a cuestiones tales como “la burocratización de las consultas de Primaria y del sistema sanitario en general, que provoca en multitud de casos la duplicación de pruebas y partes médicos”, precisó.
Por ello, Ortega Marlasco abogó por “conseguir que las pruebas complementarias se realicen desde la propia consulta de Atención Primaria y no tengan que derivarse a otros servicios asistenciales”, un logro, dijo, “que pasaría por realizar una gestión más eficaz de los recursos sanitarios, además de aumentar las plantillas”.
En cuanto al cuadro típico que presentan los profesionales sanitarios con burnout, dicho experto explicó que, “a pesar de que no existe un diagnóstico consensuado por el conjunto de la comunidad médica, existen una serie de síntomas que se revelan como marcadores del burnout”.
Así, enumeró el deterioro del rendimiento profesional, el agotamiento intelectual, la despersonalización del paciente tratado, la deshumanización de los servicios asistenciales o la pérdida de motivación profesional, como indicadores de este síndrome moderno. “Estos factores pueden baremarse a través del Test de Marlach que permite medir el grado de afectación del burnout, gracias a una escala autoaplicable”, apuntó.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
