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Tres de cada cuatro músicos tienen al menos un problema médico lo suficientemente grave como para tener que dejar de tocar momentáneamente, sobre todo los que se dedican a los instrumentos de cuerda y teclado. Las patologías más prevalentes de estos profesionales son las tendinitis y la lumbalgia, según informó el doctor Juan Bosco Calvo, profesor de Anatomía de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) que participa estos días en esa localidad en el “i Congreso Nacional de Música y Medicina”.

A juicio del profesor Bosco Calvo, “los músicos sufren muchas molestias debido al aspecto postural, ya que pasan muchas horas en la misma posición y no suelen hacer nada de ejercicio físico”. Los problemas en la muñeca, hombros, espalda, y tensión muscular que origina hormigueos en los brazos y falta de agilidad, son algunos de los males más comunes que padecen los músicos. Además, se suelen desarrollar a partir de una edad media, dijo.

El especialista destacó un tipo de patología neuromotora denominada la “distonía del músico”, que se traduce en la sensación de un calambre en los dedos de la mano, que bloquea el movimiento e impide tocar el instrumento. Su incidencia se estima en torno al 10 por ciento dentro de las lesiones y, por el momento, no tiene cura.

Asimismo, explicó que “cada instrumento deja su huella en el cuerpo del músico”. Así, precisó, las manos de los músicos son más laxas, los violonchelistas tienen un brazo más largo que otro, los que tocan la flauta o el oboe sufren una modelación de los dientes de abajo, los violinistas padecen “un pequeño desplazamiento de la mandíbula”. Respecto a estos últimos, la mayor parte suele sufrir dermatitis de contacto o reacciones cutáneas leves, derivadas de apoyar muchas veces el violín en el cuello.

Para prevenir las afecciones “es necesario tener una buena técnica, un entrenamiento progresivo y autoobservarse para conocer la propia tensión que se realiza al tocar, y poder modelarla”.

En cuanto al diagnóstico, el experto insistió que “a veces es difícil de detectar las patologías derivadas de un atrapamiento nervioso”. Asimismo, criticó “la falta de investigación e información que existe entre Medicina y Música en España, a diferencia de otros países”.

En este sentido, recordó que se ha demostrado que la música tiene efectos terapéuticos y puede provocar cambios en el rendimiento cerebral, modificar el factor energético, favorecer la reducción de los niveles de anestesia y disminuir la sensación de dolor y estrés, entre otros aspectos.

Respecto al tratamiento, el doctor Bosco Calvo explicó que depende de la patología, pero suele requerir el 10 por ciento más de tiempo respecto a los problemas de una persona que no se dedica a la música. Las técnicas más utilizadas son la rehabilitación mediante masajes, el método Pilates y el método Alexander, concluyó.

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Europa Press

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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