Un gruista salvó la vida en un accidente que al conocerse los detalles resulta casi milagroso que, se encuentra estable, fuera de peligro y con un par de fracturas que no afectan a zonas delicadas como la cabeza, según confirmaron a este medio fuentes sanitarias.
El operario, de unos 45 años, se encontraba manipulando la máquina en el Bajo de la Cabezuela, muy cerca de una de las pilastras del nuevo puente que salen de la zona de Puerto Real. Por causas que todavía no se sabían, la grúa salió ardiendo por la parte inferior. El trabajador no lo dudó y recurrió al sistema de emergencia para evacuar la cabina: deslizarse por la línea de vida, unos cables anclados a la grúa que permiten descender por ellos. Sin embargo, indicaron fuentes del Consorcio de Bomberos, este mecanismo acabó afectado también por el incendio, quemándose sin que pudiera ser utilizado por el operario que cayó desde una distancia de unos diez metros.
El primer aviso que llegó al parque de bomberos de la capital indicaba que podría haber una persona atrapada en la grúa; lo que complicaba a priori la intervención. Cuando llegaron los efectivos a La Cabezuela, el herido ya había sido socorrido por la Policía Portuaria y trasladado al hospital. Fue evacuado de inmediato al Puerta del Mar. Poco después del siniestro, desde el centro hospitalario confirmaban que se encontraba ingresado en observación, que estaba estable y fuera de peligro. Se le estaban practicando pruebas para descartar daños internos. En principio, sólo presentaba dos fracturas y si las pruebas no encontraban otras lesiones, recibiría el alta hospitalaria.
La columna de humo, de intenso color negro, que generó el incendio fue visible desde distintos puntos de la Bahía.
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