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La Administración riojana empleará este año 4,6 millones de euros -los 2 millones de presupuesto que tiene el Instituto de Salud en el Trabajo (Irsal) y 2,6 millones de la dirección general de Empleo- para luchar contra la siniestralidad en el trabajo e intentar lograr el reto de “siniestralidad cero”, según expuso el consejero de Hacienda y Empleo, Juan José Muñoz, antes de la reunión del Consejo de Salud y Seguridad Laboral, organismo que da el visto bueno a las medidas para luchar contra ese problema de la actual sociedad.

La creación de un registro de coordinadores que velará por la seguridad en la construcción (y garantizará que la persona que está al frente de la seguridad en las obras tenga la formación y cualificación adecuada para el cargo); un Observatorio de las Condiciones de Trabajo y la Siniestralidad o la creación de un aula virtual de riesgos laborales (con información en varios idiomas) serán algunas de las novedades del Plan diseñado para este año 2005, que hará especial hincapié en quienes más accidentes sufren o más expuestos están.

Estos colectivos son las mujeres, los jóvenes y los inmigrantes. Entre la población inmigrante, se ha detectado un importante aumento de accidentes, paralelo a su mayor incorporación al mundo laboral. De hecho, si en 2003 hubo 189 inmigrantes que tuvieron accidentes en el trabajo, en el año 2004 fueron 634 (tres veces más), aunque en ese mismo período aumentó un 12,9 por ciento el número de trabajadores inmigrantes. Para ellos, habrá guías en idiomas e inspecciones para controlar que trabajan en las mismas condiciones que el resto.

También serán objetivo prioritario las personas que trabajan en la construcción, sector que se revela como la excepción en el descenso de siniestralidad del quinquenio 2000-2004. De hecho, según los datos que aportó el consejero, si la comparación de los accidentes con baja del año 2000 y el 2004 arroja un descenso del 10,3 por ciento, la construcción se sale de esa tónica con un aumento del 2,9 por ciento. Por eso, este sector deberá someterse a un plan de visitas periódicas. También dispondrá de un registro de coordinadores que estarán especializados en obras.

Al margen esos colectivos más desfavorecidos, los datos comparativos de 2000 y 2004 indican que la siniestralidad ha ido a menos: 5.551 accidentes leves en 2004 frente a 6.152 en 2003; 45 frente a 70 de carácter grave; uno muy grave en 2004 frente a los 8 de 2003 y 6 muertos en accidentes en el trabajo el año pasado, frente a los 14 de 2003. Son descensos que oscilan entre el 9,8 por ciento de los sucesos leves y el 87,5 por ciento de los muy graves. El análisis de todos esos datos es lo que permite planificar las actuaciones para intentar combatir este fenómeno.

Así, el estudio del quinquenio revela que el 41,4 por ciento de los accidentes suceden entre las nueve y las doce de la mañana, que es los lunes cuando más se dan (luego hay un descenso y repunta de nuevo el jueves) y que las empresas de 11 a 49 trabajadores tienen casi el 42 por ciento de los accidentes. Datos que han servido para preparar el plan de lucha contra la siniestralidad 2005, que además de mejorar la calidad del empleo, buscará “reducir la accidentalidad laboral hasta alcanzar la siniestralidad cero” y difundir la cultura preventiva.

Sus medidas se aplicarán los trabajadores por cuenta ajena que desarrollen su actividad económica en La Rioja y a los trabajadores autónomos, colectivo en el que seguirá incidiendo de manera especial. Habrá acciones concretas para las mujeres trabajadoras, sobre todo, en estado de gestación, para menores, inmigrantes y el colectivo de la construcción, uno de los sectores con mayor siniestralidad. Hay, por ejemplo, líneas concretas de actuación para las mujeres embarazadas, que tendrán cursos y jornadas específicas, así como la promoción de códigos éticos de relaciones laborales con enfoque de género.

Estos códigos éticos buscan impulsar buenas conductas en las empresas riojanas para prevenir nuevas enfermedades laborales de carácter psicosocial como el estrés, el acoso laboral o sexual y síndrome del quemado, que pongan en peligro la incorporación de la mujer al mercado de trabajo en igualdad de condiciones. Asimismo, los jóvenes trabajadores riojanos recibirán cursos específicos de prevención de riesgos dentro del módulo de prevención del Plan de Formación Profesional.

Además, se investigarán todos los accidentes de los trabajadores menores de edad (de16 a 18 años), incluso los de carácter leve, en coordinación con la Inspección de Trabajo. Finalmente, los trabajadores inmigrantes dispondrán de material en prevención de riesgos laborales en otros idiomas, como árabe o francés. Serán los técnicos del IRSAL, en coordinación con la Inspección de Trabajo, los que controlarán la efectiva igualdad de condiciones de todos los trabajadores.

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Europa Press

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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