Los campos electromagnéticos generados por la subestación eléctrica que Sevillana tiene en el antiguo ferial, en Valdepasillas, influyen negativamente en la salud de quienes residen en el entorno. Así lo declaró ayer el concejal socialista Justo Vila, que dio a conocer las conclusiones de diversos estudios realizados por investigadores que demuestran la relación de graves enfermedades, como el cáncer, con la cercanía de estas instalaciones.
El edil apoyaba así las alegaciones presentadas por su grupo, desde que en 1999 se aprobara en pleno la modificación puntual del viejo ferial, por las que se oponía a una excesiva edificación y apuntaba los problemas de salud que podría estar generando la subestación. Tras desatender otras alegaciones presentadas por particulares o entidades como el Colegio de Arquitectos, los responsables municipales han dado ahora un “acelerón” al proceso, por lo que los socialistas estiman que “hemos sido prudentes, pero ha llegado el momento de alertar a la población”.
Agravar la contaminación
Vila incidió en que existe ya una grave contaminación electromagnética en la zona, que se agravaría con la construcción de nuevas viviendas, y “la gota que colma el vaso” es que Cristina Herrera haya hablado, y adjuntado al expediente para la recalificación, de un informe del Ministerio de Fomento que, según ella, recoge que los campos electromagnéticos son inocuos para la salud.
Insistió en que hay informes que revelan todo lo contrario al determinar que dichos campos son perniciosos para la salud. Se refirió a estudios científicos realizados desde 1979, como uno de Denver, cuyas conclusiones “han sido acalladas o minimizadas”. Vila relató algunos efectos, según dichas investigaciones: cambios de temperatura corporal, dolor de articulaciones, alteración en la visión de los colores rojo y verde, falta de apetito, estrés, disminución de plaquetas, alteración de las grasas de la sangre y aumento de la presión sanguínea, entre otros trastornos. Incluso se ha detectado una mayor incidencia de cáncer infantil y más nacimientos con malformaciones.
Vila recordó que ha habido sentencias condenatorias y reclamó que se traslade la subestación a las afueras; de no hacerse, “no se puede construir allí ni una vivienda más”, dijo. El edil criticó que “agachen la cabeza contra el poderoso y saquen pecho frente al humilde” y que el ayuntamiento no tiene que hacer frente al coste íntegro de la operación.
APUNTE
Roberto Serrano – Responsable UCE-Badajoz
Electromagnéticas
Sobre el efecto de las ondas electromagnéticas, la primera que debe ponerse de acuerdo es la comunidad científica, que no ha emitido un dictamen unánime. La OMS no publicará las conclusiones de un estudio iniciado en 1996 hasta dentro de cuatro o cinco años. Hay una sentencia que condena a una compañía eléctrica por la emisión de estas radiaciones, pero no por daños físicos, sino por el desasosiego ante la posibilidad de estas emisiones. La tendencia hoy es fijar una distancia entre el foco emisor y el casco urbano.
El problema surge cuando las instalaciones, como en este caso, no son nuevas. La UCE apoya cuantas medidas se adopten para proteger a los ciudadanos, pero sin perjudicar a las eléctricas ante la falta de pruebas científicas rotundas.
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