Caídas de altura, aplastamientos, sobreesfuerzos, atrapamiento por máquinas, lesiones en los ojos, torceduras… Los trabajadores del sector de la construcción se enfrentan a diario a multitud de situaciones de riesgo, que se traducen en accidentes leves o graves. «El año pasado se registraron en Euskadi 26 fallecimientos y en el primer trimestre de 2001 ya se han dado otros 4 casos», denuncian portavoces de los sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT del País Vasco, que preparan un paro de una hora de duración el próximo día 27 para conmemorar el Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
Ante la elevada siniestralidad, el Instituto de la Construcción de Vizcaya ha reunido en un foro a representantes del Gobierno vasco, sindicatos, empresarios y entidades de prevención para aunar esfuerzos y atajar la alta tasa de accidentes.
Récord de accidentes
A pesar de la existencia de una Ley de Prevención de Riesgos Laborales desde 1995 y de un Real Decreto emitido en 1997 que establece medidas adicionales en el ámbito de la construcción, la siniestralidad sigue aumentando en un sector que, en proporción, ostenta el récord de accidentes en la comunidad autónoma. Los sindicatos critican al Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales, Osalan, y a la patronal por no apoyar sus propuestas en demanda de formación y seguimiento de las obras públicas.
En principio, la Ley de Prevención exige a los empresarios que al diseñar un proyecto, evalúen los posibles riesgos y establezcan las medidas preventivas pertinentes. «El proyecto de obra diseñado por el promotor tiene que recoger un estudio de Seguridad y Salud que podrá ser ampliado a través de un plan elaborado por la contratista principal», explica la inspectora de Trabajo Iciar González. «Sin embargo, los planes no se ajustan a la realidad de la obra. Se deja todo a la improvisación».
La no aplicación de las leyes en materia de prevención, junto con la creciente subcontratación en cadena y la ausencia de coordinación entre las diferentes empresas que trabajan en una misma obra, son algunas de las causas que originan los siniestros, reconocen desde Osalan. La escasez de formación, la precariedad en el empleo y el trabajo a destajo son otros factores determinantes. «Si una persona es eventual en una empresa que no cumple la normativa, tiene todos los boletos para accidentarse», afirman los sindicatos, que critican además la labor de las Mutuas. «Funcionan con ánimo de lucro de forma descarada y tratan a las personas como si fueran máquinas».
Multas de 100 millones
Las multas en materia de prevención oscilan entre las 5.000 pesetas y los 100 millones, dependiendo del tipo de infracción: leve, grave o muy grave. Sin embargo, en muchos casos, la amenaza económica no basta para que las empresas conciban la seguridad de sus trabajadores como requisito indispensable para seguir adelante con sus respectivos proyectos. «Si los responsables de una compañía apuestan por la seguridad, con el coste que esto conlleva, al final la obra mejora», subraya el jefe de Seguridad de la constructora Dragados y Construcciones S.A., Daniel Pérez.
Todos los participantes el el foro destacan la necesidad de formar a empresarios y trabajadores en seguridad laboral, con objeto de cambiar actitudes y realizar las diferentes labores sin sufrir riesgos innecesarios. «El conocimiento es imprescindible. Es la llave para prevenir accidentes», señala el técnico de Osalan José Ignacio Miangolarra.
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