Dos personas, un hombre y una mujer, intentaron suicidarse en Ourense por acoso laboral, mientras que a una tercera la acusan de bruja y de sacar la lengua en el trabajo. Esta situación constituye el punto de partida de Agacamt, que empezó a funcionar en esta ciudad hace quince días y ya cuenta con 27 socios, la mayor parte de ellos correspondientes al ámbito sanitario, de hospitales públicos y privados.
La coordinadora de la asociación, María Rosa Des Diz, indica que “la incidencia es altísima, porque de las 27 personas que se dieron de alta en Agacamt, hay dos intentos de suicidio, debido al daño moral que están sufriendo”. Y resalta que este problema le causa un grave perjuicio a las empresas, “porque el acoso laboral genera muchas bajas y muy largas, de gran coste para las mismas; el acosador hunde a la empresa, económicamente”.
El acoso laboral tiene como consecuencias “la pérdida de la salud psíquica y física de la persona que padece esta situación, deterioro de la vida laboral y familiar y social del individuo, lo cual conduce en muchas ocasiones a intentos de suicidio”.
Una trabajadora que sufre acoso laboral desde hace cinco años, acaba de cobrar en Ourense una indemnización de veinticuatro mil euros mediante sentencia judicial.
Esa misma funcionaria, tuvo que aguantar el ataque del familiar de un paciente en un hospital, con unas tijeras, sin que el centro hiciera nada contra el mismo, según Agacamt.
La administración pública aparece como el segundo lugar de máxima incidencia de la situación de acoso laboral en Ourense.
Algunos de los socios de Agacamt, ya ganaron varios juicios de forma individual contra la Administración. Y los responsables de esta agrupación, resaltan que ya existen sentencias, dentro del ámbito estatal, “que tipifican el acoso en el trabajo como un accidente laboral”.
El acoso laboral se da mucho más en la empresa pública que en la privada. “Y hasta ahora no había leyes, para controlar este tipo de conductas, pero en la actualidad ya existe una legislación en España, con el consenso de todos los grupos políticos, que castiga al acosador”. Los paises nórdicos cuentan con una legislación que regula esta materia “desde hace unos cuatro años, dos años más tarde lo hizo Francia, y España la tiene desde hace un mes”.
El acoso laboral, según la coordinadora de Agacamt, María Rosa Des Diz, “hay que enmarcarlo dentro de la lucha por el poder, en la Administración y las empresas privadas. Pasa por la eliminación de todas las personas que puedan representar un obstáculo para culminar las ambiciones del acosador”.
Rosa Des indica que el acosador “crea una especie de secta satánica, buscando un grupo de cómplices y colaboradores, para hacer psicoterrorismo y aniquilar la autoestima laboral y personal del compañero de trabajo que no se pliega a sus aspiraciones”.
El acoso laboral se da en “tres modalidades: el que puede realizar el jefe al inferior, el horizontal que hace un compañero de trabajo a otro, y el inferior, que realizan los trabajadores de menor cualificación para boicotear la tarea del superior. Esto último ocurre cuando un celador y un auxiliar de clínica se confabulan para liquidar a un ATS”.
Los acosadores actúan “incluso contra las personas que se encuentran fijas en plantilla. Inventan un ambiente o promueven unas circunstancias favorables a la apertura de un expediente laboral, contra alguno de los compañeros que representan un obstáculo en su trayectoria o ambiciones. Manipulan situaciones, para aportar pruebas falsas, que terminan colando en el momento que tengan la mínima oportunidad”.
Agacamt cuenta con un equipo formado por un psiquiatra, una psicólogo y un terapeuta, “que le prestan ayuda al acosado para que pueda recuperar su salud, en primer lugar, y luego para que se defienda en los tribunales”. Las personas acosadas pueden llamar a Agacamt, al teléfono 677 00 29 98.
El acosador necesita cómplices
La Asociación Gallega Contra el Acoso Moral en el Trabajo “no cuenta con color político y tiene la finalidad de defender y prestar todo tipo de apoyo a las personas que sufren acoso laboral”. La central está en A Coruña, y tiene delegaciones en Vigo, Lugo, Santiago y hace quince días se implantó en Ourense.
La coordinadora de Agacamt, María Rosa Des Diz, indica que el acoso laboral “se considera la epidemia del siglo XXI. Estadísticamente, están creciendo mucho las cifras”.
El acoso laboral consiste en un hostigamiento, unas actitudes de palabra o de obra repetitivas, con una duración mínima de seis meses, a diez o quince años, “mediante el cual un grupo de personas intenta anular o destruir a otra persona psíquicamente y laboralmente”.
El perfil del acosador tiene 47 características. Por lo general, se trata de “personas envidiosas, sin moral, sin ética, todo le vale para ascender, para trepar. Se levantan con la idea de seguir pisando y machacando”, indica María Rosa Des. Y señala: “Esto es una caza, en la que hay unos cazadores, que eligen una víctima. Generalmente, el acosador tiene un grupito de personas que colaboran con él. Eligen la pieza a cazar, y te puede tomar a ti”.
El acosador laboral y su grupo de afines, “juzga y cuestiona todas las actitudes físicas, personales, laborales y familiares del acosado, con la finalidad de minar su confianza, para que se sienta inseguro y vulnerable, con lo que descenderá la calidad de su trabajo, cuestión que aprovechan de forma inmediata para demostrar que una persona no es apta, laboralmente, a lo mejor porque quieren que su prima entre en ese puesto, o para hacerle sitio a la cuñada. Vamos a mover la silla de esta persona, porque luego ahí meto a mi prima, a mi cuñado, o a mi mujer”.
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