Nueve de los diez conductores que el año pasado fallecieron en la ciudad de Barcelona por accidentes de tráfico no llevaban cinturón de seguridad. En 2001, el número total de muertes por accidente aumentó ligeramente respecto al año anterior (59 frente a 54), aunque la siniestralidad general bajó el 7,2%. El exceso de velocidad fue la principal causa de los accidentes mortales ocurridos el año pasado y las Rondas las vías más conflictivas. Por ello, se intensificará el control colocando radares móviles en estas vías.
La evolución de la siniestralidad en accidentes de tráfico en el año pasado confirma la tendencia a la baja que se inició en 2000, año en el que se registraron 12.916 accidentes frente a los 12.941 de 1999. En 2001 la cifra total de accidentes ascendió a 11.981, de los que el 70% fueron colisiones, el 14,4% atropellos y el resto choques con obstáculos fijos o vuelcos.
Por tipo de vehículos, el año pasado disminuyó en un 10% el número de ciclomotores y motocicletas implicados en accidentes. Sin embargo, quienes viajan en estos vehículos son los que resultan peor parados ya que en muchos casos los accidentes son mortales. De los 59 muertos en 2001, 24 circulaban en vehículos de motor de dos ruedas, 18 eran peatones, 16 iban en coches, furgonetas o camiones y uno en bicicleta.
Las causas de la accidentalidad cambian si se producen en el interior de la ciudad o en las rondas. La distracción, saltarse los semáforos y no respetar la distancia de seguridad son, por ese orden, las causas principales en el casco urbano. En las rondas, en cambio, es el exceso de velocidad. Por eso, el consistorio ha decidido incorporar el sistema de radares móviles en estas vías. El proyecto se está realizando y la previsión es utilizar entre 10 y 15 de esos dispositivos.
En la trama urbana, donde en breve estarán operativas las cámaras en varios puntos semafóricos peligrosos, también se emplearán los radares móviles, aunque el número no está determinado. La concejal de Seguridad y Movilidad, Carme San Miguel, precisó que antes de que entren en funcionamiento se realizará una campaña amplia de información para que el conductor tome conciencia de que la multa le llegará a casa y que ya no depende de la notificación personal del agente.
Asimismo, también se incrementará el control del cinturón de seguridad a la luz de los datos del año pasado, en el que 9 de los 10 conductores de turismos que fallecieron, 9 no llevaban el cinturón de seguridad. Aunque la cifra es pequeña, la proporción es muy preocupante, y por eso lo controlaremos más, puntualizó la concejal.
La Guardia Urbana también incrementará el control de las infracciones de los conductores de motocicletas y las pruebas de alcoholemia. En 2001 los agentes realizaron 40.000 tests de alcoholemia, lo cual representa un aumento del 66% repecto a los efectuados en 2000. De los 40.000, algo más de 6.800 dieron positivo.
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