El positivo dato de la reducción global de los accidentes de trabajo en la provincia de Toledo durante el año pasado, una caída del 25,7 por ciento respecto a 2011 según el último balance hecho público por la Junta, no se corresponde por desgracia con la evolución de los siniestros laborales que captan más la atención social sobre esta lacra: los mortales. El año 2012 se cerró con 14 muertes en la actividad laboral, un 27 por ciento más de las 11 que se registraron en el año anterior.
Esta cifra de fallecimientos viene recogida en los datos provisionales, hasta noviembre, hechos públicos por el Ministerio de Empleo. Por su parte, el Servicio de Salud Laboral de Comisiones Obreras en Toledo constata que no hubo un incremento del número de muertos en el único mes que aún no ha visado la Administración estatal, el de diciembre.
Según los datos de Empleo, sólo dos de las defunciones laborales registradas en la provincia se deben a accidentes ‘in itinere’, por desplazamientos entre el domicilio y el lugar de trabajo del fallecido. El resto se han producido durante el desempeño de sus funciones por el trabajador fallecido.
Siguiendo con la estadística estatal, llama la atención que el grueso de los fallecimientos, 11, se concentren en el primer semestre del año pasado. En aquellos meses, se produjeron muertes como la de un operario municipal de Recas al que le cayeron encima unas vallas, en abril, o la muerte de un trabajador atrapado por una máquina trituradora en una fábrica de compuestos químicos de Yuncos, en junio. Ya en octubre, se conoció la muerte de un camionero arrollado por su propio trailer cuando hacia una operación logística en una empresa de Seseña.
Falta una estrategia regional. A la hora de hacer balance de estos datos, el responsable de Salud Laboral de CCOO en Toledo, Ángel Castellanos, mantiene que con la subida de las muertes en accidente laboral durante 2012 no se puede lanzar ningún mensaje triunfalista a cuenta de la reducción total del número de siniestros de trabajo en Toledo.
Mantiene esto no sólo porque la estadística de accidentes mortales, al mostrar hechos irreparables, es por fuerza la más fiable. También señala que la reducción global de los accidentes está influida por el mismo hundimiento de la actividad económica, que ha afectado sobre todo a sectores de riesgo como la construcción. Y apunta que la última reforma laboral ha llevado a algunos trabajadores a ocultar sus percances y aguantar las secuelas en silencio. «Hay menos accidentes por el miedo del trabajador a faltar al trabajo, a que apliquen esto como una causa de despido si lo entienden como absentismo», comenta.
Con este panorama, el responsable de CCOO reprocha a la Consejería de Empleo que presuma que «gracias a su trabajo» se están reduciendo los accidentes laborales. «¿Qué trabajo hará la Junta si ha reducido en Toledo sus técnicos de prevención de 12 a cuatro?», se pregunta, además de denunciar que el Gobierno regional ha reducido su partida para prevenir siniestros laborales de 11 millones de euros a los 3,8 millones actuales.
Castellanos reclama a la Junta que se tome en serio las campañas y acciones de prevención de accidentes laborales, advirtiendo que con los actuales medios una deseable reactivación económica puede traer un repunte de los siniestros en el trabajo. Por ello, reclama a Empleo que reúna a los agentes sociales para acordar una nueva estrategia regional para reducir los accidentes de trabajo, tras haber terminado el año pasado el último plan autonómico pactado en este sentido.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
