Á.G.Z., un varón de 59 años natural de Laguna de Negrillos y vecino de Basauri (Vizcaya) falleció en la noche del viernes como consecuencia de las graves secuelas que le provocó un accidente laboral ocurrido el pasado jueves en la localidad de Berantevilla, (Álava) cuando por causas desconocidas, cuatro trabajadores respiraron gases tóxicos de origen no determinado todavía. Un hijo del fallecido, A.G.R. permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital del País Vasco, aquejado de las mismas dolencias, aunque los médicos eran optimistas respecto a su recuperación y ayer tarde no temían por su vida. Otro de los heridos, un súbdito rumano, falleció el mismo jueves, poco después de ocurrir los hechos.
Las víctimas pertenecían a dos subcontratas que trabajaban para una planta de producción de biocombustibles, y según fuentes sindicales, resultaron salpicados por un peligroso material químico que estaban manipulando. Los servicios sanitarios alaveses sostienen que los trabajadores carecían de los sistemas de protección obligatorios en este tipo de actividades y que, en realidad, fallecieron asfixiados a causa de la inhalación de gases perniciosos que se pudieron producir por reacción o por descomposición de materias orgánicas.
Los hechos se produjeron en la jornada del pasado jueves. Los afectados trabajaban en la planta de producción de biocombustibles cuando, según un portavoz de CC.OO. resultaron salpicados por un peligrosísimo material químico que estaban manipulando en el transcurso del proceso de construcción de una nueva depuradora del complejo industrial, que se dedica a la producción de biodiesel.
Pese a que inicialmente se especuló con la posibilidad de que los fallecimientos se hubiesen producido por una caída en un estanque de aguas residuales, los portavoces de los sindicatos han desmentido este extremo en las últimas horas. Según informó ayer el Diario de Noticias de Álava, técnicos del Gobierno Vasco analizan fundamentalmente qué circunstancias desencadenaron las reacciones químicas que dieron lugar a los abrasivos y, sobre todo, por qué los trabajadores carecían de las medidas de seguridad mínimas que se exigen en circunstancias de estas características. Las investigaciones están corriendo a cargo del Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral (Osalan). Los heridos permanecen en el Hospital de Txagorritxu de Vitoria. La víctima tenía previsto jubilarse el próximo año: «Estaba ilusionado con el tema de la jubilación, y aunque estaba lejos, venía siempre que podía. Es una desgracia, de verdad. Sólo le faltaba un año para retirarse, y se ha encontrado esto…», manifestó ayer uno de sus ocho hermanos a este periódico. La familia ha decidido incinerar sus restos mortales en una ceremonia íntima en el País Vasco.
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