El estrés, el mobbing, el síndrome de estar quemado o el acoso sexual son los nuevos riesgos laborales que tienen que ver con factores psicosociales y no físicos, pero que influyen en el ámbito laboral y se están convirtiendo en uno de las problemáticas más importantes para el buen funcionamiento en la empresa y de la sociedad en general.
Esta es una de las conclusiones de las Jornadas “Nuevos riesgos emergentes” celebradas en Madrid coincidiendo con el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, organizadas por Asepeyo e inauguradas por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que se ha comprometido con la tarea de “combatir y prevenir por todos los medios los riesgos laborales”.
El director de la Delegación Territorial de Asepeyo, Guillermo Perea, destacó que en este Día Mundial se ha hecho hincapié en los nuevos riesgos emergentes, “riesgos que la nueva estructura del trabajo, las nuevas empresas, y el cambio en la sociedad están convirtiendo en tan importantes como la seguridad física”.
Los riesgos ergonómicos, los riesgos psicosociales como el acoso laboral, el estrés o el síndrome de estar quemado, o la exposición a los campos electromagnéticos son nuevos riesgos que son tratados en esta jornadas que, a su juicio, “son facetas de la prevención de riesgos laborales que a veces se olvidan”.
Para el director del Área de Psicosociología de la Prevención, Dirección de Seguridad e Higiene de Asepeyo, Jordi Serra Pallisa, los factores psicosociales se agruparían en tres apartados, como son el aspecto psicológico: la participación, la motivación en el trabajo, la postura del líder, entre otros; la organización del trabajo que harían relación a los ritmos de trabajo, la carga laboral o el nivel de autonomía; y el tercer apartado que englobaría el estrés, el síndrome de estar quemado, el mobbing o el acoso laboral.
Según comentó Pallisa, el estrés laboral es “uno de los mayores problemas actuales en el ámbito del trabajo”. Puede dar problemas respiratorios, úlceras, hipertensión arterial, dolores de cabeza y otras patologías derivadas y provoca un importante número de bajas médicas. Además, el mobbing o el síndrome de estar quemado ocasiona los mismos problemas físicos y algunos psicológicos de mayor calado que podrían derivar, en el caso del mobbing, en el suicidio.
Las recomendaciones que se hacen pasan por un rediseño en la organización del trabajo para cubrir las expectativas del trabajador que no repercuta en su rendimiento. Además, en el caso del síndrome de estar quemado esta expectativa tiene que ser real, “pero una realidad creada desde el propio empleado para que no repercuta en su trabajo”. “En el caso de que se produzca es necesario un apoyo psicológico desde la empresa”, argumentó este médico especialista.
Asimismo, la responsable del Área de Medicina de Trabajo y de la Dirección de Asistencia Sanitaria de Asepeyo, María Puget Bosch, recordó que el 28 por ciento de los trabajadores europeos dice haber padecido estrés en el trabajo, factor “muy relevante” que repercute en el ámbito laboral y que se está convirtiendo en “uno de los mayores problemas”.
“Desde hace algunos años han desaparecido las enfermedades típicas y han aparecido nuevas situaciones por la excesiva demanda en el trabajo, y el estrés es de las más usuales”, destacó Puget Bosch.
Así, añadió que para corregir este aspecto es necesario una prevención primaria desde el origen como son: comer adecuadamente y dieta equilibrada, hacer ejercicio, hacer ejercicios de respiración y relajación, respetar horas de sueño, no llevarse trabajo a casa, no abusar del alcohol y dejar el tabaco y, sobre todo, respetar la vida de ocio y el tiempo libre.
Puget explicó que cuando aparecen los primeros síntomas en el propio trabajo se deben hacer ejercicios de respiración de varios minutos que relajan la tensión, estiramientos en la propia oficina, imaginar una imagen placentera para buscar la relajación, entre otros mecanismos.
Por otra parte, la médico especialista y directora sanitaria territorial de Asepeyo, Isabel García Gismera, recordó que en España el tabaco produce el 14 por ciento de las muertes y “la empresa es un marco incomparable para promocionar los programas de prevención, puesto que es el ámbito donde mayores incumplimientos se realiza de la normativa sobre salud y seguridad en el trabajo”.
En este aspecto, es necesario, a su juicio, “incidir no sólo en las patologías derivadas del tabaquismo, como son enfermedades respiratorias, pulmonares y cardiovasculares, sino que no se debe olvidar la problemática de los fumadores pasivos, que tienen una mayor prevalencia a patologías de este tipo”.
“Dentro de la empresa el tabaco representa un grave problema y es evidente que se está incumpliendo la normativa sobre salud laboral. Las medidas drásticas al principio dan un resultado, pero a largo plazo no son buenas porque es necesaria la formación primero del trabajador”, puntualizó.
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