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Valladolid registró el año pasado el menor número de accidentes laborales desde el año 2006. Una noticia que está condicionada por varios factores, aunque el más importante es el descenso de actividad económica. De hecho, desde que empezara la crisis en 2007 esta cifra no ha dejado de bajar, al igual que lo ha hecho el número de personas ocupadas.

En concreto, la provincia registró el año pasado 4.309 accidentes laborales, por los 5.547 de 2011. Es una cifra que no tiene nada que ver con las que se daban en la época de bonanza. Por ejemplo, en el año 2006 en Valladolid hubo 9.215 accidentes declarados, más del doble que hace un año.

Aparte de la caída de la población ocupada, hay otras causas que explican esta evolución. Según el secretario regional de Salud Laboral de UGT, Fernando Fernández, también influye «la salida del mercado de los trabajadores temporales». Son las primeras ‘víctimas’ de las reducciones de plantilla y, según sostienen desde el sindicato, estos empleados, con menos experiencia, tienen el triple de posibilidades de tener un accidente que un trabajador indefinido con más experiencia.

Fernández también denuncia que este descenso se debe a que cada vez se comunican menos accidentes, aunque se sigan produciendo. Unas veces son las propias empresas las que ocultan los de carácter leve. «Permiten a los trabajadores acudir a sus puestos de trabajo lesionados o les conceden lo que se denomina ‘reposos preventivos’». En otras ocasiones son los propios empleados los que no lo comunican. «El miedo a perder su puesto de trabajo inhibe a los trabajadores del ejercicio de sus derechos hasta el punto de rechazar una baja médica o incorporarse antes a su puesto de trabajo», explica el representante de UGT.

Por sectores, el de servicios es el que acumula más siniestros. Bien es cierto que este dato está condicionado por el mayor número de empresas de este tipo que hay en la provincia. El año pasado se produjeron 2.175, por los 848 de la industria, los 465 de la construcción y los 230 del sector agrario. Respecto al tipo de accidente, el 98,6 por ciento son leves. Otros 53 accidentes fueron graves y otros seis mortales, la segunda cifra más baja desde que empezara la crisis.

Eso sí, en Valladolid ya ha habido que lamentar una muerte por accidente laboral este año. Se produjo el 27 de febrero en Santiago del Arroyo cuando un hombre quedó atrapado por unas bobinas en una nave donde se almacenaba material de jardinería.

El responsable de Salud Laboral también explica que el mayor grado de gravedad de los accidentes se da en los sectores de la construcción e industria. De los seis fallecidos del año pasado, dos fueron en el sector del ladrillo, otro en la industria y otro en el sector servicios. Además, otros dos se produjeron en el camino de ida o vuelta al trabajo, es decir, in itinere.

Cabe destacar el elevado número de accidentes de este tipo que se produjeron en 2012. Fueron 589, un 13,6 por ciento del total. «Este tipo de accidente es un problema para nuestra provincia, por lo que habría que tomar medidas», agrega Fernández. Para considerar un accidente como in itinere hay que tener en cuenta ciertos aspectos. Por ejemplo, debe haberse producido siempre dentro del trayecto más directo desde el punto de partida hasta el trabajo y que el horario en el que se produzca esté en consonancia con el de entrada o salida de la jornada laboral.

Si se demuestra que es así, el trabajador tiene los mismos derechos que si se hubiera producido el siniestro en el centro de trabajo.

De los 53 siniestros graves, diez fueron in itinere, 21 en el sector servicios, once en la industria, diez en la construcción y uno en el sector agrario.

Valladolid registró el año pasado 66 bajas por enfermedad profesional. Es decir, aquellas dolencias que se desarrollan por el desarrollo de una actividad profesional y que están recogidas en un listado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Son un 13 por ciento menos que en 2012, aunque Valladolid sigue a la cabeza en Castilla y León en este tipo de bajas. En lo que respecta a este año, en enero se produjeron 308 accidentes con bajas y se declararon cinco enfermedades con baja y siete sin ella.

Desde UGT denuncian que el «entramado de intereses» del Instituto Nacional de la Seguridad Social, las empresas y las mutuas está detrás de este descenso de bajas. También influye, según el sindicato, factores como «la escasa o nula implicación de la Inspección de Trabajo, la presión asistencial que sufren los médicos de Sacyl, traducida en falta de medios y tiempo, y el desconocimiento de los trabajadores del procedimientos a seguir en el casos de sospechar que pudieran padecer una enfermedad profesional».

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eldiadevalladolid.com

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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