El cuerpo sin vida de uno de los dos operarios que falleció a primera hora de esta tarde mientras trabajaba en las obras de construcción del AVE Madrid-Valladolid continuaba sepultado cinco horas después de que le cayera encima dos depósitos de grava, de unos 100 metros cúbicos de capacidad cada uno, según informó a Europa Press un portavoz de Emergencias 112.
El accidente se produjo sobre las 13.30 horas en una zona situada a la altura del kilómetro 3 de la M-611 en el término municipal de Miraflores de la Sierra al romperse uno de los anclajes de la cinta transportadora mecánica que soportaba el peso de las dos tolvas, según las mismas fuentes.
Debido a esta rotura, uno de los obreros continuaba a las 18,30 horas bajo la estructura metálica. Como medida preventiva para que ningún efectivo de las cuatro dotaciones del Servicio de Bomberos de la Comunidad de Madrid que se trasladaron al lugar sufriera daños se procedió a estabilizarla, amarrándola mediante grúas pluma, por lo que el rescate del cuerpo se ha retrasado.
Por su parte, el cadáver del otro trabajador fue localizado poco después de producirse el accidente y a las 16,40 quedó totalmente liberado. Médicos del SUMMA certificaron ambas muertes y pusieron sus cuerpos a disposición judicial.
Un tercer trabajador resultó herido de carácter leve al producirse la caída de las tolvas de grava, por lo que fue trasladado por una ambulancia dependiente del servicio privado de la empresa encargada de estas obras, según fuentes de Cruz Roja. Además, otros dos operarios sufrieron una crisis nerviosa por lo que tuvieron que recibir asistencia sanitaria en el lugar aunque no requirieron traslado hospitalario.
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