La Audiencia de Valencia ha condenado al trabajador médico de una mutua, una aseguradora y una clínica a abonar 18.572 euros (2.191.140 pesetas) al empleado de una fábrica de muebles de Silla por una extracción de sangre en el lugar de trabajo, que le produjo secuelas e inmovilidad en un brazo causando baja desde entonces.
Los hechos ocurrieron el 12 de mayo de 1998, durante la revisión anual a la que sometía la empresa a sus trabajadores, cuando al auxiliar administrativo le realizaron una extracción de sangre que le provocó como secuelas un fuerte dolor en la muñeca y el brazo que le impiden desarrollar su trabajo.
La Audiencia confirma el fallo del juzgado de instrucción de Carlet que condenó al técnico que practicó la extracción a pagar 180 euros por una falta de imprudencia y en concepto de indemnización condenó a este especialista, a la clínica y a la mutua a pagar 13.169 euros, además de 5.403 euros por las secuelas.
La empresa tenía cubierto el riesgo de accidente con la mutua que realizó las extracciones. El técnico no encontró en un principio la vena en el brazo y decidió sacar la sangre de la muñeca. El denunciante sufrió un fuerte dolor al practicarle la extracción y se le comenzó a hinchar la muñeca, en la que le salió un bulto. Desde esa fecha el trabajador se encuentra de baja yendo «de prueba en prueba y de médico en médico», en un proceso que el juez califica de «calvario».
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