Un trabajador de 38 años de unas destilerías y bodegas murió ayer como consecuencia de la explosión de un depósito de alcohol en la bodega que provocó una deflagración que le afectó de lleno. El operario, casado y padre de un hijo, trabaja con otros empleados sobre las dos de la mañana trasvasando alcohol de un gran tanque a otro, al parecer porque había habido una fuga. Por causas que se investigan, se produjo una deflagración que desplazó uno de los tanques y afectó de lleno a la víctima provocándole quemaduras en el 90 por ciento del cuerpo.
Con el cuerpo prácticamente quemado, el trabajador permaneció en estado crítico varias horas en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Universitario de Getafe, a la que fue evacuado desde el hospital de Alcázar, pero después murió convirtiéndose en una víctima más de la siniestralidad laboral en la provincia, con una de las tasas más elevadas de todo el país (en los primeros cinco meses del año han muerto 12 trabajadores en la provincia).
Los bomberos de Tomelloso intervinieron para sofocar el fuego en la bodega que se extinguió a las 4.40 horas, con la colaboración de siete efectivos del parque de bomberos y seis vehículos, informó el jefe de parque de Tomelloso, Jacinto de Castro. No obstante, se quedó un retén para evitar que se reactivasen las llamas.
A las dos de la madrugada una estruendosa explosión alertaba a los ciudadanos de Tomelloso, ya que la deflagración y onda expansiva alcanzó puntos muy lejanos de las bodegas y muchos vecinos notaron “temblar el suelo”. Algunos pensaron en que un avión había traspasado la barrera del sonido, otros que había estallado una bomba e incluso que podía tratarse de un terremoto. El fogonazo de la brutal explosión llegó a verse y muchos vecinos se acercaron hasta el lugar del siniestro; si bien se encontraron con que los agentes de la Guardia Civil y la Policía Local habían acordonado la zona y alrededores hasta que fue sofocado el incendio y pudieron comprobar que la zona se encontraba fuera de peligro.
La rapidez y eficacia del servicio de emergencia y los bomberos evitaron males mayores ya que de haberse extendido las consecuencias podrían haber sido gravísimas, teniendo en cuenta que, además de los gases que corren bajo las calles de Tomelloso, hay una gasolinera que despacha gas butano cuando los ciudadanos se quedan sin suministro en sus hogares. Precisamente ayer por la mañana un responsable de la estación manifestaba su preocupación.
Por su parte los responsables de la empresa no permitieron el acceso a las instalaciones donde se produjo la explosión y dieron orden a los trabajadores de no responder, ni dejar entrar a ningún medio de comunicación. A su salida, el gerente, acompañado por el casero, Salvador, la única persona que se encontraba en las Bodegas, junto al herido, cuando ocurrió el accidente, quiso quitar hierro al asunto, diciendo “que se estaba realizando una labor normal de vaciado alcohol de un depósito a otro cuando explotó” y no quiso hacer declaraciones. Además añadieron que “iban a testificar al puesto de la Guardia Civil”.
Muchas de las empresas y talleres de la zona han sufrido algún daño exterior o interior debido a la fuerza de la deflagración y en la cafetería cercana su responsable observó que le había extrañado que los trabajadores no pasaran a tomar café o que las trabajadoras de oficina estuvieran tan serias y calladas esa mañana.
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