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Las principales dificultades que tiene un Servicio de Prevención Ajeno (SPA) para cumplir lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales son la contratación de personal especializado en Salud Laboral, principalmente médicos del trabajo; la burocratización de la prevención, que hace que el trabajo tenga un excesivo componente de papeleo y escaso acercamiento a la realidad de las condiciones de trabajo, y la ausencia de un Protocolo de Vigilancia de la Salud Básico, que tenga en cuenta la historia laboral y personal de cada trabajador.

Estas son algunas de las reflexiones expuestas por Pere Sanz Gallen, médico del trabajo y profesor de la Universidad de Barcelona, que ha participado en la mesa redonda Servicios de Prevención. Problemática actual y perspectivas de futuro, dentro del XII Congreso de la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo, que se celebra en Santander.

Sanz también ha puesto de relieve la ausencia de coordinación con el Servicio Nacional de Salud (SNS) en los temas referentes a las incapacidades temporales del trabajo con la finalidad de buscar relaciones entre los daños a la salud y la actividad laboral.

En la misma mesa redonda Iñaki Korta, médico del Trabajo y coordinador del servicio médico CAF, en Guipúzcoa, ha exigido un mínimo de calidad y presencia real a los SPA, a pesar de que puede incrementar el costo de sus servicios y ser económicamente menos atractivo para las empresas.

Sin embargo, según Korta, el diseño de la normativa española ha favorecido que muchas empresas pequeñas y medianas, e incluso algunas de gran tamaño, hayan recurrido a estos servicios en lugar de gestionar la prevención con medios propios.

“Parece evidente que a la mayoría de las empresas les resulta económicamente más rentable recurrir a SPA que utilizar medios propios para gestionar la prevención, a pesar de que ello va en contra de las recomendaciones internacionales y nacionales”.

Por su parte, José Manuel Gómez López, médico del Trabajo y coordinador nacional de Medicina del Trabajo de Fremap, ha enumerado los principales problemas que sufren los servicios de prevención.

El primero es la falta de médicos especialistas, y el segundo la falta de un criterio generalizado y asentado de cuál es la función de la medicina del trabajo. “La imagen de nuestra actividad desde la perspectiva empresarial es, con frecuencia, la de prescriptores de cartas de aptitud, o lo que es lo mismo, realizadores de reconocimientos médicos”, ha advertido.

Un tercer problema es la falta de centros sanitarios de referencia en Medicina del Trabajo, y por último, la coordinación con otras especialidades. “El acceso a algo tan básico como la evaluación de riesgos se hace a veces imposible”, según Korta.

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Diario Médico

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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