El número de fallecidos tras la explosión que provocó un derrumbamiento en una fábrica de ropa de nueve pisos en Sava (Bangladesh), ha aumentado hasta los 30, mientras que se estima que todavía pueden permanecer bajo los escombros unas 200 personas, informaron fuentes policiales. Aunque en las últimas horas se descubrieron nueve cadáveres más, los rescatadores todavía esperan encontrar supervivientes, ya que se puede escuchar a algunas personas pidiendo ayuda o agua bajo el edificio derruido.
Un portavoz policial que supervisa los trabajos de rescate, Nurul Islam, indicó que se teme que unas 200 personas permanecen aún atrapadas entre los escombros de la fábrica de suéters, 32 kilómetros al noroeste de Dhaka. Los familiares de las víctimas se unieron a los soldados y los bomberos en la desesperada búsqueda de los trabajadores atrapados.
Los equipos de rescate usaron soldadoras para hacerse paso entre los escombros e intentar alcanzar a las personas atrapadas o bombear aire a los supervivientes. Además, las estrechas calles que conducen a la fábrica restringieron el acceso de grúas y otra maquinaria de rescate.
«Estaba supervisando el trabajo de los empleados cuando se escuchó un gran bang y el edificio de repente comenzó a temblar y se vino abajo», explicó un superviviente, Helaluddin, que estaba en la planta séptima junto con otros 90 trabajadores cuando el inmueble se desplomó.
«Me encontré enterrado entre bloques de hormigón antes de que fuera consciente de lo que había pasado», señaló antes de ser trasladado a un hospital. Cuando ocurrió el accidente había menos mujeres en la fábrica que antes, debido a que en el turno de noche la mayoría de los empleados son hombres, indicó otro superviviente, Haider Ali. En un principio, las autoridades afirmaban que la mayoría de las víctimas eran mujeres.
El Gobierno ordenó una investigación sobre el accidente, explicó el viceministro de Interior, Lutfozzaman Babar, tras visitar el lugar. La planta fue construida sobre aguas cenagosas hace tres años, afirmaron los trabajadores.
La fábrica, de la empresa Spectrum Garments, producía unas 80.000 piezas de ropa para exportación, principalmente a Estados Unidos, Bélgica y Alemania, explicó un empleado, Kaiser Ahmed.
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