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La Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas, quiere poner en conocimiento del sector empresarial español las consecuencia que las altas temperaturas derivadas del periodo estival producen en los trabajadores, así como la importancia de controlar la aparición de éstas en los lugares de trabajo, en especial cuando se producen por fallos en las condiciones de ventilación o como consecuencia de realizar trabajos, donde el control de la temperatura no se lleva a cabo adecuadamente.

Esta circunstancia se puede dar en particular en trabajos realizados en exteriores, como puede ser en la construcción o la agricultura, o trabajos en interiores donde el riesgo no sólo proviene del calor producido en los locales, tal y como ocurre en las cocinas de bares y restaurantes, sino que éste puede verse aumentado como consecuencia del incremento de las horas de exposición por el aumento de la actividad que el periodo estival genera.

La deshidratación, tal y como indica Juan Carlos Bajo, Presidente de la Asociación Nacional de Entidades Preventivas Acreditadas (ANEPA), es una consecuencia de las altas temperaturas en los lugares de trabajo y se ve favorecida en las épocas estivales, en especial ante las olas de calor. No obstante, en muchos trabajos las temperaturas, aunque altas, no llegan a producir el síncope o desvanecimiento del trabajador. Éstas situaciones se producen en condiciones extremas y pueden generar trastornos que se reflejan en síntomas como:

• Agotamiento
• Deshidratación
• Oliguria (disminución de la orina)
• Depleción salina
• Calambres en pantorrillas, abdomen y miembros superiores
• Anhidrosis (sudoración insuficiente)
• Erupciones por calor
• Fatiga crónica leve
• Perdida aguda del control emocional (inquietud, laxitud, irritabilidad, somnolencia)

Ante estas situaciones, el Presidente de ANEPA recomienda intentar reducir las temperaturas de los locales dentro de los valores límite recomendados y, en caso de no poder hacerlo, hay que llevar a cabo una serie de medidas preventivas entre las que destacamos:

• Ingerir dos vasos de agua antes de empezar a trabajar.
• Ingerir líquidos a menudo y en cantidades pequeñas (un vaso de agua cada 15 ó 20 minutos)
• Beber antes de tener sed, cuando ésta aparece ya empezamos a estar deshidratados.
• La bebida más recomendable es el agua no carbónica a una temperatura de 9 a 12 ºC, aunque también es recomendable el té con limón o zumos de frutas (naranja, uva, tomate) diluidos en proporciones de tres partes de agua por una de zumo.
• Suministrar sales al cuerpo, bien mediante el suministro de bebidas que contengan cloruro sódico o agua con un aporte de 7 gramos de sal por litro.
• Evitar la ingesta de alcohol, bebidas estimulantes y en particular bebidas con cafeína.
• Por último, si tenemos síntomas de fatiga por trabajar a altas temperaturas, se recomienda el aporte vitamínico, en especial vitamina B y C.

Pero la mejor medida, tal y como indica Juan Carlos Bajo, es “como siempre que hablamos de prevención de riesgos laborales hay que ser proactivo, solicitando la realización de mediciones de temperatura y humedad que nos permitan analizar la posible existencia de situaciones de estrés térmico. Asimismo, es importante aplicar medidas de protección como el aumento de ventilación, la instalación de sistemas de acondicionamiento de aire y la regulación de paradas periódicas para evitar el aumento de la temperatura corporal por encima de los 38 ºC”.

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Redaccion Prevention World

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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