La mayoría de empresas españolas continúa viendo la prevención de riesgos laborales como una obligación legal que deben respetar para no correr el riesgo de ser sancionadas. Los objetivos de fondo de la prevención se pierden así entre los esfuerzos por evitar las multas y sanciones administrativas, y los índices de siniestralidad, desgraciadamente, reflejan esta errónea concepción. Sin embargo, la prevención en materia de seguridad conlleva muchos otros beneficios para una empresa: desde el ahorro económico que supone la disminución de las bajas, las incapacidades temporales o las reparaciones materiales que deben asumirse tras un accidente laboral a la mejora de la imagen de la empresa y de la confianza que sus clientes y proveedores depositan en ella.

La cultura de prevención de riesgos laborales en una empresa debe partir de la dirección y ser asimilada y aceptada por todos los miembros de la plantilla. Los mandos intermedios, más cercanos y conscientes de las necesidades reales de los trabajadores en materia de seguridad, serán los encargados de transmitir las órdenes y advertencias directas para respetar los principios de seguridad laboral, así como evitar las conductas peligrosas en las que pudiesen incurrir los empleados.

Los trabajadores, por su parte, deberán recibir formación específica sobre los requisitos de seguridad en su puesto de trabajo y adoptar una actitud responsable que, en primera y última instancia, les beneficiará directamente. En determinadas empresas y atendiendo a la actividad que desarrollen, será incluso necesario contar con trabajadores que se dediquen exclusivamente a funciones preventivas, o podrán apoyarse en la asesoría externa para atender cuestiones particulares sobre seguridad, higiene industrial o salud.

Si no existe una buena gestión de la prevención por parte del departamento de Recursos Humanos –en alineación con los objetivos de la dirección-, el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales puede convertirse para la empresa en una fuente constante de problemas que entorpezcan el buen funcionamiento del negocio y disparen sus costes. De este modo, se resolvería un problema -el de la seguridad de los trabajadores- y se generaría otro -la pérdida de rentabilidad.

Para hacer frente a esta problemática, el sistema de gestión empleado debe estar perfectamente integrado con el resto de la organización, evitando las duplicidades de información que entorpecen y ralentizan el seguimiento de los datos. Las soluciones informáticas de gestión, con capacidades web y auto-servicio, permitirán al departamento de RRHH gestionar el área de prevención con una rápida capacidad de respuesta, con datos permanentemente actualizados y unas vías de comunicación fluidas y en tiempo real con los trabajadores, incluso si éstos son móviles. Además, los módulos específicos de Prevención de Riesgos recogerán toda la legislación aplicable y ayudarán a automatizar los procesos de seguridad.

Una las compañías que ha implantado una potente e innovadora red de servicios de RRHH para el empleado es Banco Popular. Uno de los módulos que ha desarrollado es el de Prevención de Riesgos Laborales que permite, entre otras posibilidades, la toma de datos en movilidad, con PDAs o móviles.

Gracias a estos sistemas de gestión, los usuarios y responsables departamentales se ocuparán personalmente de mantener actualizados los datos que les atañen, mientras que el responsable de RRHH se encargará de otros datos estructurales que pueden no precisar de mantenimiento, como los históricos de empleados, organigramas, requisitos por unidades, etc. No es tarea del responsable de prevención el mantenimiento en el sistema de información básica como los datos personales de los empleados. Esta tarea debe estar automatizada para que la labor de prevención se centre en los procesos críticos y no en cometidos rutinarios de escaso valor.

En definitiva, la prevención de riesgos debe tomar un enfoque integral que abarque todas las prácticas cotidianas en el negocio, que incluya una continua evaluación de los procesos para comprobar que se realizan adecuadamente, y cuente con los mecanismos necesarios para corregir las conductas y procesos “desviados”.

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Stephan Escape, director general de HR Access para España y Portugal

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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