Muchas veces nos hemos preguntado si las prendas de trabajo nos protegen, o simplemente nos producen estrés térmico, inconfort, añadiendo en verano sudoración excesiva y no valorando en ningún momento la importancia que tiene este hecho sobre la salud.
El ser humano necesita mantener una temperatura interna de aproximadamente 37º C (37º +/- 1º C) para el desarrollo de la vida; para lograrlo posee mecanismos físicos y fisiológicos.
Mediante la actividad física el hombre genera calor y, dependiendo de lo intensa que sea esta actividad, la cantidad de este calor será mayor o menor. Para evitar que la acumulación del calor producido por el cuerpo y/o ganado del ambiente descompense la temperatura interna, el hombre utiliza los mecanismos de defensa que posee destinados a disipar al ambiente el exceso de calor acumulado, por ejemplo, el sudor.
Las formas de intercambio de calor entre el organismo y el ambiente dependen de las condiciones termohigrométricas del medio ambiente de trabajo, las cuales son: la temperatura del aire, la temperatura húmeda, la velocidad del aire, el tipo de vestimenta y el consumo metabólico del individuo. Estas variables pueden medirse y sus valores son la base de la valoración de los riesgos o confort.
Las relaciones del ser humano con el ambiente térmico definen una escala de sensaciones que oscilan del calor al frío, pasando por una zona que se puede calificar como térmicamente confortable. Esta escala tiene sus límites bien marcados de modo que, al superarlos, en un extremo o en el otro, se puede producir la muerte.
Los efectos negativos para la salud comienzan cuando los mecanismos naturales del hombre, de generación de calor para mitigar el frío, o de disipación del calor para evitar la subida de la temperatura interna, se ven desbordados.
La exposición constante a las altas temperaturas de calor, puede provocar una sensación de aturdimiento o fatiga física que da lugar a síntomas como cefaleas, mareos, vómitos e, incluso, deshidratación por la pérdida de agua y sales minerales debido a la sudoración.
Las medidas básicas mínimas que se deberían establecer para prevenir los efectos del calor en trabajos a la intemperie serían suministrar agua fresca y abundante o bebidas isotónicas; programar en lo posible las tareas más duras y pesadas, en los períodos más fríos del turno de trabajo; establecer el menor tiempo posible bajo el sol en las horas más intensas.; usar prendas de protección de la cabeza como gorra o sombrero; ropa de trabajo transpirable y no apretada, aplicando un alto contenido en fibras naturales en su composición como el algodón, lino etc… asimismo, aplicar la ergonomía en el diseño de las prendas. También es importante la realización de reconocimientos médicos periódicos, excluyendo de la exposición a quienes presenten cuadro de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y pulmonares y trabajadoras embarazadas.
Actualmente, las prendas de trabajo que nos facilitan las empresas en su composición dejan mucho que desear, ya que tienen un alto contenido de fibras sintéticas como la poliamida que llegan entre el 65% en algunas prendas, hasta el 100% en otras.
A todo ello, hay que añadir los logotipos más o menos grandes pero que influyen en el aumento de la temperatura, el cartel en la espalda del servicio al que se corresponde, las franjas reflectantes, el tinte que lleva de color amarillo, etc influyen en el aumento de la temperatura corporal, añadiendo perjuicio a la salud, quemaduras, alergias, etc… generadas por la composición del tejido, el tinte usado en la ropa, las tiras reflectantes, el logotipo ó carteles de plástico puestos en la espalda.
Proporcionar ropa de protección frente al frío, es evidente, pero ¿realmente protege lo que debería sin hacer antes una evaluación previa de riesgos?
Hay que tener en cuenta tres factores muy importantes: esa ropa debe aislar frente al frío, el viento y la humedad; debe permitir la transpiración y disipación de parte del calor que se genera al trabajar; y debe permitir la cómoda realización del trabajo (peso y volumen).
Por lo que se pide una evaluación de riesgos sobre lo expuesto en el informe incluyendo las quemaduras producidas por el cartel de plástico, las tiras reflectantes y las alergias.
Normativa Básica de aplicación
Ley 31/1995 “Prevención de Riesgos Laborales”
R.D. 773/1997 “Equipos de Protección Individual”
R.D. 486/1997 “Lugares de Trabajo” Disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.
Notas Técnicas de Prevención a tener en cuenta
NTP 350 “Evaluación del estrés térmico. Índice de sudoración requerida“
NTP 322 “Valoración del riesgo de estrés térmico: índice WBGT“
NTP 18 “Estrés térmico. Evaluación de las exposiciones muy intensas“
NTP 501 “Ambiente térmico: inconfort térmico local“
NTP 279 “Ambiente Térmico y deshidratación”
Notas:
• Ambientes térmicos. Instrumentos y métodos de medida de los parámetros físicos. “Norma española UNE-EN 7726:2002”.
• Ergonomía. Determinación de la producción de calor metabólico. “Norma española UNE-EN 28996, marzo 1995”.
• Ambientes calurosos. Estimación del estrés térmico del trabajador/a basado en el índice WBGT. “Norma española UNE-EN 27243, enero 1995”.
• Ambiances thermiques chaudes. Determinatión analytique et interpretatión de la contrainte thermique fondées sur le calcul de la sudatión requise. “Norma internacional ISO 7933, Julio 1989”.
• Moderate thermal enviroments. Determinatión of the PMV and PPD indices and specification of the condition for thermal comfort. “Norma europea CEN 27730, julio 1993”.
• Evaluación de ambientes fríos. Determinación del aislamientos de la vestimenta requerida (IREQ) “UNE-EN ISO 10079“
• TLV´s de la ACGIH (Estrés por frío).
Carlos Burgos Serrano – Delegado de prevención por UGT en Madrid en el sector de limpieza pública viaria
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