El Consejo de Ministros del pasado 11 de marzo aprobó el Real Decreto por el que se transpone la Directiva 2003/10/CE sobre protección de los trabajadores al ruido. Este nuevo Real Decreto había generado muchas expectativas, pues establece una significativa reducción de los límites de exposición al ruido, pasando de 90 dBA a 87 dBA. Pero el Gobierno ha perdido una gran oportunidad de hacer una reglamentación moderna y progresista para atajar uno de los problemas más importantes que tienen los trabajadores, como es el del ruido. Ello ha originado un voto particular negativo de las dos grandes centrales sindicales en la Comisión Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo.

El primer borrador que el Gobierno envió a los sindicatos en el trámite formal de consultas, era un texto realmente malo en el que se despreciaban los principios básicos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y en el que se primaba la protección individual como solución al problema del ruido. Y lo que es aún peor, establecía que las mediciones para determinar los niveles de exposición eran personales y no ambientales, es decir, que se debía tener en cuenta la atenuación que producen los equipos de protección individual (medir con tapones puestos), lo cual supone un perjuicio para las personas y un claro retroceso respecto de la situación actual.

Una norma de ese estilo tenía al menos dos efectos perversos. Por un lado, se aumentaba de tapadillo el nivel de ruido ambiental permitido en los lugares de trabajo, ya que 87 dBA con tapones auditivos puede representar un nivel de ruido de hasta 120 dBA sin protectores. Por otro lado, se promocionaba directamente la protección personal como eje de la acción preventiva en detrimento de los principios de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que establecen que las medidas individuales deben ser siempre subsidiarias de la protección colectiva mediante el control del riesgo en origen. Todo ello, además, suponía un detrimento aún mayor de la protección de los trabajadores frente a los efectos no auditivos de la exposición al ruido (enfermedades cardiovasculares, estrés, etc.)

Desde Comisiones Obreras elaboramos una serie de propuestas de mejora para el mencionado borrador, en las que básicamente introducíamos tres modificaciones: a) establecer que las primeras acciones preventivas frente al ruido debían ser las de carácter colectivo, dando prioridad a la organización del trabajo para reducir la exposición al riesgo; b) promover las mediciones ambientales y no las personales; c) establecer unos adecuados mecanismos de vigilancia de la salud para lograr un diagnóstico precoz de las pérdidas iniciales de audición para así evitar los casos de sordera ya establecida o hipoacusia.

El Gobierno aceptó dos de ellas. De hecho, el Real Decreto en sus artículos 4, 6, 8 y 9 introduce los principios de la acción preventiva, dando prioridad a lo colectivo sobre lo individual. Por el contrario, no ha modificado las propuestas sobre mediciones personales y se sigue manteniendo el criterio de“restar” al nivel de ruido las atenuaciones que producen los equipos de protección individual. Esto ha hecho que por primera vez desde la constitución de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, los sindicatos CCOO y UGT, hayamos presentado un voto particular contra el artículo 5.2 del R.D., donde se establecen las mediciones personales en contra de las ambientales.

El Gobierno, al igual que en su día lo hizo el Consejo de Ministros de la UE, ha cedido a las presiones de los empresarios, dejando de lado la salud de los trabajadores y ha perdido una oportunidad para regular correctamente uno de los principales riesgos a los que están expuestos millones de trabajadores de este país. A pesar de ello, y con las mejoras introducidas en el Real Decreto, contamos con una herramienta de trabajo más para nuestra acción sindical y deberemos utilizarla para conseguir mejoras reales frente al riesgo del ruido.

Desde la Confederación Sindical de CCOO vamos a intentar que se modifique la Directiva Europea que da origen a este Real Decreto, haciendo patente nuestra rotunda oposición ante este retroceso. Sabemos que en la Unión Europea hay un movimiento entre algunos gobiernos que empieza a cuestionar esta Directiva, por lo que pedimos que el Gobierno español se suba al carro de los gobiernos más progresistas para proteger la salud de los trabajadores y deje de lado las presiones de la gran patronal de la industria.

El nuevo Real Decreto está en vigor. Tiene aspectos que nos pueden permitir mejoras y avances. Utilicemoséstos y ganemos los que aún no hemos logrado, mediante la herramienta más útil que tenemos: la acción sindical y la negociación colectiva.

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Javier Torres – Revista Por Experiencia – ISTAS

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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