En los últimos años, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) ha acordado hacer del día 28 de abril una jornada de lucha en defensa de la salud en el trabajo. Como en otras ocasiones, el sindicalismo de nuestro país ha participado activamente, dado que España tiene el dudoso honor de encabezar el ranking europeo de siniestralidad. Así, durante el año 2000 España aportó el 20% del total de los accidentes laborales con baja producidos en la UE. Y nuestra tasa de accidentes mortales, de 8,75 por cien mil trabajadores, supera en mucho la media de 5 por cien mil de la UE. En Cataluña se declararon durante el año pasado 201.759 accidentes con baja, de los cuales 2.167 han dejado lesiones graves y 225 personas han perdido la vida.

Esta lacra debería ser la primera preocupación de los empresarios y de la patronal. Porque estamos hablando de un derecho, el de la vida y la salud. Porque la empresa tiene un deber ético y social. Y aunque sólo sea por los costes económicos que comporta y su impacto en la pérdida de competitividad de las empresas.Desgraciadamente no es así. Siete años después de la entrada en vigor de una de las leyes más avanzadas de nuestro entorno, una buena parte de los empresarios la desconocen totalmente, otros la incumplen y una buena parte de los que la aplican lo hacen de manera burocrática. Y ello afecta negativamente a la imagen de aquellos empresarios que por razones éticas o de eficiencia cumplen con sus obligaciones. Es más, los Planes de prevención se han convertido en mecanismos para pasar formalmente la inspección.Y los profesionales de los Servicios de Prevención están en una lucha permanente entre su función de garantizar la salud a los trabajadores y las presiones de las empresas y las mutuas para que su comportamiento responda sólo al control del absentismo y al aumento de la productividad.

Esta situación, que se ha enquistado en nuestro sistema de trabajo, no es fruto de un castigo divino. Tiene sin duda causas diversas y complejas, pero sobre todo un factor determinante. El modelo empresarial instalado en España en los últimos veinte años es un factor desencadenante de los riesgos laborales, me atrevo a decir que es un riesgo en sí mismo. Está más que demostrado que la utilización intensiva de la contratación temporal, la rotación permanente, la subcontractación en cascada, la utilización de ETTS o de empresas de servicios integrales son factores que multiplican los accidentes de un colectivo de personas en precario, que por su falta de experiencia, por la poca formación recibida o por las condiciones a que se les obliga trabajar, son las víctimas propiciatorias. Pero los accidentes son sólo una parte del problema, lo más visible y lo único que nuestra sociedad es capaz de detectar y contabilizar como riesgo laboral. Detrás de enfermedades llamadas comunes se esconden verdaderas epidemias provocadas por problemas de trabajo lesiones musculares, de columna, muñeca, enfermedades relacionadas con la salud psíquica y mental.

Y tras estas enfermedades se esconde el verdadero factor de riesgo, una organización del trabajo construida de espaldas a las personas. Incluso el famoso mobing, que intenta presentarse como un factor de relaciones personales tiene casi siempre su origen en una forma de organización del trabajo que propicia este tipo de agresiones. Entre los riesgos minimizados tenemos el de las sustancias químicas. En la actualidad, unas 100.000 sustancias y cerca de un millón de preparados se encuentran disponibles en el mercado sin que se conozca suficientemente su impacto en la salud de las personas. La UE tiene catalogados 850 productos que producen efectos tóxicos para la reproducción, mutágenos y en algún caso cancerígenos y a pesar de ello continúan utilizándose. Ante este alarmante problema de salud pública la obligación de todos es luchar para reducirlo y erradicarlo. Y para ello es imprescindible una mayor implicación patronal y una clara voluntad política de los poderes públicos. Desgraciadamente estas dos circunstancias no se dan y mientras sea así España continuara siendo la fábrica de Europa especializada en accidentes y enfermedades profesionales. Y nosotros tendremos que continuar luchando, los 28 de abril y todos los días del año en los centros de trabajo y en la sociedad.

0 0 votos
Valoración

El Mundo – Joan Coscubiela – Secretario General de CCOO de Catalunya

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Suscribirme
Notificar de
guest
:arrow: 
:D 
:? 
8-) 
:cry: 
:shock: 
:evil: 
:!: 
:geek: 
:idea: 
:lol: 
:x 
:mrgreen: 
:| 
:?: 
:P 
:oops: 
:roll: 
:( 
:) 
:o 
:twisted: 
:ugeek: 
;) 
 
0 Comentarios
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios