En este artículo se describe y desarrolla la teoría de la amplificación social del riesgo, así como la relación entre los medios de comunicación y la percepción del riesgo.

El concepto de la amplificación social del riesgo se dibuja de teoría de comunicación. Los sucesos asociados con riesgos (mensajes emitidos por los medios de comunicación de masas) interactúan con procesos culturales, institucionales, psicológicos y sociales en el comportamiento frente a un determinado riesgo. La relación producida entre el mensaje emitido y estos elementos supone una determinada percepción del riesgo, la cual amplifica o atenúa dicho riesgo.

Palabras clave

Amplificación del riesgo, atenuación del riesgo, percepción del riesgo, medios de comunicación

Introducción

Vivimos inmersos en una sociedad en la cual la información tiene una enorme importancia. Así pues, los medios de comunicación de masas han adquirido un gran poder y un peso específico en la sociedad actual, la cual se denomina sociedad de la información.

Estos medios de comunicación de masas emiten una serie de mensajes que llegan a los receptores de estos, los cuales los interpretan y le dan un valor subjetivo, “rebotando” este mensaje hacia otros receptores. Esta interpretación subjetiva del mensaje es la clave para explicar el concepto de la amplificación social del riesgo; las personas exageran o infravaloran el riesgo no de manera objetiva, sino mediante un complejo proceso en el cual interactúa la propia cognición y emoción del receptor.

Esta percepción subjetiva del riesgo es, por tanto, un proceso marcadamente social. En esta percepción del riesgo intervienen factores relacionados con la cultura, la manera de hacer e idiosincrasia del grupo o comunidad en cuestión. Es decir, no es simplemente un proceso de comunicación del mensaje/recepción, sino que esta recepción se enmarca en un campo donde la interpretación personal de una determinada comunicación de un riesgo es fundamental.

El objetivo de este artículo es, además de exponer la teoría de la amplificación social del riesgo, corroborar la íntima relación existente entre la percepción de un riesgo por parte de la sociedad y los medios de comunicación de masas. En otras palabras, como según el tipo y manera como se plasme la información puede influir en la opinión y en la concepción de riesgo que adopte la sociedad.

Las teorías sociales del riesgo

Analizando históricamente la definición y tratamiento del riesgo, nos encontramos que este ha sufrido una transformación. Se trata de un cambio en el tratamiento del riesgo, ya que se pasa de un nivel puramente cuantitativo (en el cual se hacía una determinación de la probabilidad de que un evento no deseado ocurriese) a un modelo cualitativo (en el cual se entendía el riesgo desde el punto de vista de la percepción que el individuo tenía del mismo).

Numerosos estudios muestran que la evaluación de los problemas de riesgo que el público hace es radicalmente distinta de las opiniones de los expertos en el tema. Un análisis de las listas de los riesgos asociados con los desechos peligrosos y la energía nuclear indica que, si bien los expertos opinan que son los riesgos menos preocupantes, forman parte de los factores más temidos por la sociedad, la cual es (en teoría) la que puede presionar para que el gobierno y las instituciones tomen medidas sobre determinados riesgos. Un claro ejemplo de esta situación es, sin lugar a dudas, la polémica generada en una escuela española de primaria en la cual se produjeron un aumento de los casos de cáncer infantil. Mediante la AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos), los padres de los niños que cursaban los estudios en dicha escuela consiguieron que se retiraran unas antenas de telefonía móvil ubicadas en las cercanías del centro, desoyendo las voces de los expertos en el tema. Estos hicieron los estudios, mediciones e investigaciones oportunas y afirmaron que las radiaciones producidas por dichos aparatos no tenían asociación con el cáncer infantil, ya que estas radiaciones se encontraban por debajo del límite legal establecido en la reglamentación de la CE (Comunidad Europea).

En numerosas evaluaciones y análisis de riesgos (ya sean ambientales, laborales o de otra índole), aunque se tienen en cuenta conceptos de carácter cuantitativo, se tiende a olvidar el carácter social que todo riesgo supone. Esto es, la naturaleza intrínseca del riesgo como elemento de la vida cotidiana del individuo, la cual prácticamente no se tiene en cuenta en el momento de plantearse el análisis de los riesgos.

Precisamente, de este carácter social del riesgo aparece la concepción descrita por Kahneman y Tversky (1979). Estos autores demostraron que a igualdad de fuerzas las perdidas adquieren más importancia que las ganancias. Es decir, los sucesos que producen dolor se magnifican y se viven más intensamente que los sucesos que producen placer.

Equivalencia entre sucesos que producen pérdida y sucesos que producen ganancia

En este gráfico se ve como el valor equivalente de las pérdidas en relación al valor que se le otorga a las ganancias es prácticamente el doble. Así pues, se da más importancia y relevancia a los sucesos negativos que a los positivos.

Teoría psicométrica del riesgo

El precursor y el máximo exponente de esta teoría fue Paul Slovic (1987), que consideraba que los estudios de la percepción de riesgo examinan los juicios que hacen las personas cuando se les pide caracterizar y evaluar actividades y tecnologías peligrosas o con un determinado riesgo. El individuo considera que el riesgo al cual se enfrenta a diario (debido a las actividades industriales que se desarrollan a su alrededor) es mayor que en el pasado, y que los riesgos que se presentarán en el futuro serán mayores. Estas percepciones hacen intuir que para el individuo lo ideal sería llegar al “riesgo cero”.

Las percepciones del riesgo están relacionadas a la comprensión del significado de peligro, riesgo y daño potencial, así como el análisis de las poblaciones objetivo. Se puede definir riesgo como una manera de luchar con la inseguridad que supone el proceso de modernización. La capacidad de las personas de seguir un cierto razonamiento para el descubrimiento de un peligro es una dimensión ligada a la percepción del riesgo; capacidad tremendamente variable en cada individuo. La diferenciación entre los riesgos definidos que pueden ser descritos, medidos y caracterizados estadísticamente y los percibidos por los individuos es tremendamente complicada, ya que los riesgos tecnológicamente inducidos se escapan de la capacidad de captación sensitiva que poseen las personas (oído, vista, tacto, olfato, gusto). Sería un error, por tanto, definir un “riesgo objetivo” o “auténtico” ya que es un concepto implícitamente subjetivo, un constructo creado por las personas, la cultura y sociedad donde se hallan estas (puede que lo que supone un riesgo en un país con una cierta idiosincrasia no lo sea o este menos considerado en otro territorio con otra cultura radicalmente diferente).

Influencias sociales que recibe el individuo en la percepción del riesgo según la idiosincrasia del país y grupo social

Así pues, según la idiosincrasia del país dónde se reside, el tipo de cultura, las influencias del grupo social o comunidad al cuál se pertenece, la percepción de los sucesos varía dadas unas determinadas pautas de comportamiento, respuesta y actuación.

Los expertos en un determinado tema definen el riesgo desde una percepción marcadamente científica y técnica, lo que supone una clara limitación. Esta limitación no es otra que la de obviar la percepción del riesgo que tiene el público, la cual es mucho más amplia y compleja que la visión meramente tecnicísta, ya que incluye valoraciones implícitas como temas de equidad, potencial de catástrofe y controlabilidad del riesgo. Cuando un riesgo (sea de la naturaleza que sea) se viste de unas elevadas dosis de incertidumbre, los intentos de aislar y controlar los riesgos que se asocian se convierten en conflictos que más tarde influyen irremediablemente en la percepción pública del riesgo y disminuyen la confianza que la opinión pública deposita en las instituciones y expertos responsables de manejar eficazmente estos riesgos.

Teoría de la amplificación social del riesgo

El concepto de amplificación social del riesgo posee un enfoque globalizador e integral. La teoría de la amplificación social del riesgo, promulgada por Kasperson y “otros” (1988), considera que sucesos que tienen relación con riesgos interactúan con procesos de tipo cultural, institucional, psicológico y social, de manera que amplifica o atenúa la percepción de un determinado riesgo y modulan el comportamiento del individuo frente al riesgo.

Proceso de amplificación social del riesgo

Como se puede ver en la anterior figura, el proceso de amplificación tiene su inicio cuando ocurre un suceso (con unas determinadas características) y este se transmite por medio de señales y símbolos. Este mensaje es interpretado por las personas que componen la sociedad; suponiendo más tarde un determinado impacto (social, político, económico,…), el cuál ha sido previamente difundido por todas las capas de una comunidad, grupos sociales y laborales. No obstante, este proceso no tiene razón de ser si no se tiene en cuenta la cultura y sociedad en el cuál se produce, ya que puede que el proceso de amplificación no sea el mismo en un país que en otro debido a los valores, costumbres e idiosincrasia de un cierto territorio.

Siguiendo esta teoría, el riesgo tiene dos tratamientos para analizar su concepción. Por un lado, se considera como una amenaza objetiva para las personas, es decir que puede provocar una afección hacia estas sin importar las redes sociales e institucionales. Por otro lado, riesgo es el producto de la idiosincrasia y cultura de la sociedad, el cual se asocia a concepciones sociales y estructuras que modifican los tipos de daño (a la gente, instituciones sociales, comunidades y valores).

El concepto de la amplificación se dibuja de teoría de comunicación. Se produce un proceso por el cual un mensaje se envía a un transmisor o a un receptor, que después alteran o corrigen el mensaje entrante y lo envían hacia fuera otra vez. Los mensajes tienen un significado para el receptor solamente dentro de un contexto sociocultural.

Cada mensaje contiene diferentes significados:

– Significado contento o significado efectivo del concepto emitido.

– Significado deductivo, el cual esta relacionado con la propia evidencia del contexto.

– Significado del valor relacionado, el cual depende del contexto evaluativo de los receptores.

– Significado simbólico, condicionado por el repertorio de los receptores de significados culturales.

La amplificación de señales puede ocurrir durante la transmisión y la recepción.

Las consecuencias del riesgo son estructuradas parcialmente por los procesos de la información, instituciones, comportamiento social del grupo, respuestas individuales. Ésta es la amplificación social del riesgo. Los sistemas de información intensifican o debilitan mensajes y los filtran según diversos criterios. Las “estaciones de la amplificación” incluyen científicos, instituciones de la gerencia del riesgo, medios de comunicación, organizaciones sociales, líderes de opinión, redes sociales…

Las respuestas del comportamiento dan lugar a los impactos secundarios del acontecimiento del riesgo, como por ejemplo impactos en actividad económica, la presión política y social, los cambios en la naturaleza física del riesgo (vía la regeneración de este), los cambios en el entrenamiento y la educación, la alarma social, aumento en la supervisión y control del riesgo o repercusiones en otras tecnologías. Los impactos pueden separarse en una clase de efecto y darse en otros lugares y producirse otras veces. Cada orden del impacto pudo accionar u obstaculizar los cambios para la reducción del riesgo. La amplificación social del riesgo es, por tanto, un proceso continuo y dinámico.

El proceso de amplificación social del riesgo implica dos etapas importantes:

1. Transferencia de la información sobre el riesgo. Las cualidades del flujo de información que pudieron influenciar la amplificación social son: el volumen de información, el grado del conflicto y de discusión sobre la información, el grado de dramatización alrededor de la información, la opinión de los canales de la comunicación y las connotaciones simbólicas de la información.

2. Los mecanismos de la respuesta de la sociedad. En la determinación de la naturaleza de estos mecanismos sociales de respuesta es preciso estudiar los contextos institucionales, sociales y culturales. Se diferencian cuatro aspectos de la respuesta social fiable:

a) Los individuos y los grupos simplifican la información compleja, y aplican sus propios valores a la información.

b) Los grupos sociales y las fuerzas políticas intentan influenciar respuestas y tipos de discusiones.

c) Los acontecimientos del riesgo llevan valor y significado cultural. Esta idiosincrasia y valoración de cada grupo social dotan a los acontecimientos de un determinado significado e influyen en la respuesta pública.

d) Las personas, los riesgos y los ambientes pueden estigmatizarse, es decir crear una determinada imagen o fama que conduce a una aversión en la respuesta social.

Este modelo de la amplificación social nos ayuda a entender el agravamiento de un riesgo. Puede ayudar a explicar porqué los riesgos “de menor importancia” pueden producir una preocupación pública “importante”, con amplios impactos sociales y económicos.

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Carles Fernández Ferrer – Graduado Superior en Prevención de Riesgos Laborales por la Escuela Superior de Prevención de Riesgos Laborales (UPF-UPC-UB-INSHT)

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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