La lucha contra la siniestralidad laboral no está siendo efectiva. Las estadísticas siguen arrojando un triste balance. Y lo más grave, para algunos, la prevención laboral es sólo eso: balances, informes, estadísticas… Datos asépticos que estudiar. ¿Es una cuestión de números? No, es una cuestión de vidas.
La siniestralidad laboral se combate con medidas y firmes actitudes de compromiso por parte de las empresas. Tenemos leyes preventivas equiparables a las de otros países europeos, pero nuestros índices de siniestralidad siguen siendo mayores.
¿Qué ocurre? A la hora de la verdad las empresas españolas no se implican en el cumplimiento normativo y en apostar por la seguridad en el trabajo.
Este incumplimiento en general se debe a razones económicas. Sin contar con presupuestos y capacidad de gestión, los técnicos de seguridad de las empresas, poco pueden hacer, si la dirección no se compromete en atajar la lacra de la siniestralidad laboral. Y lo más execrable, este incumplimiento queda inmune y esta inmunidad se convierte en una ventaja comparativa y en un “modelo” para el resto de las empresas.
En cualquier caso, contamos con órganos oficiales encargados de velar por la salud y la seguridad de los trabajadores. Pero ¿con qué recursos humanos cuentan para controlar que la empresas cumplan con sus obligaciones? ¿qué potestad tienen para paralizar centros de trabajo inseguros?
Mi experiencia como director de una empresa proveedora de productos de seguridad para vehículos y maquinaria, me ha llevado a conocer de cerca esta realidad.
Sólo cuando un inspector tenga la suficiente autoridad y competencia para paralizar la producción de un centro de trabajo, las empresas se tomarán en serio la prevención de riesgos, y los técnicos de seguridad, podrán trabajar por la seguridad laboral en cada centro de trabajo.
David Robertson, Director-Gerente de Eurosealand
Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
