Según demuestran los estudios realizados por Prevensis (Empresa especializada en la actuación sobre el comportamiento de los conductores), el calor afecta a las capacidades humanas, y una de ellas es la conducción. Con altas temperaturas la respuesta ante estímulos aumenta y las maniobras al volante se realizan de manera más imprecisa. El calor potencia las alteraciones que pueden sufrir los conductores.

Hasta 15º más que en el exterior

Según nuestros estudios, la temperatura en el interior de un coche en movimiento y sin aire acondicionado puede ser entre 5º y 15ºC mayor que en el exterior. Esta temperatura depende, además de la temperatura exterior, de la superficie expuesta a la radiación solar, del color exterior y de la tapicería del coche, de la ventilación del habitáculo, del número de ocupantes, del calor que estos desprendan por el tipo de tejido y del color de sus ropas.

Límite 24ºC

Cuando la temperatura interior supera los 24ºC, la eficacia de la conducción puede verse afectada al aumentar los fallos, convirtiéndose la temperatura en un factor muy influyente e incluso desencadenante de accidentes.

Disminuye la percepción hasta un 15%

El calor nos hace menos perceptivos, así a 23ºC dejamos de ver el 3% de las señales, a 28ºC el 6%, a 32ºC el 10%. También nos volvemos más agresivos; salidas más rápidas en semáforos, menor tolerancia con los peatones que están cruzando, mantenemos velocidades inconstantes, pasamos de una velocidad adecuada y constante a una inexplicablemente alta e irregular, etc.

Como utilizar el aire acondicionado

Hoy en día las altas temperaturas y el calor pueden ser fácilmente combatidas con el uso del aire acondicionado. Aunque en ocasiones al estar un vehículo al sol durante un periodo largo de tiempo, éste puede alcanzar una temperatura elevada. Es precisamente durante ese periodo de tiempo hasta que el aire condicionado empieza a ser efectivo, cuando hay que tener espacial cuidado.

Temperatura ideal: entre 19ºC y 24ºC

Para realizar una conducción relajada y libre de los efectos negativos del calor, la temperatura del habitáculo debería mantenerse entre los 19 y 24º C. Debemos evitar que el flujo de aire nos impacte directamente en la cara y en el pecho. Si el ambiente es excesivamente seco puede producir malestar, picor y escozor de ojos.

Aumenta el tiempo de reacción

Los estudios han demostrado que con una temperatura de 30ºC, los fallos del conductor aumentan un 20% y que con 32ºC en el interior del vehículo la temperatura puede ser causa del 17% de los accidentes.

Efectos similares al alcohol

Por encima de 35ºC los síntomas y efectos que sufre un conductor son similares a los de una alcoholemia de 0,5 mg de alcohol en sangre.Según datos del Instituto de Pruebas Alemán (TUV) a 90 km/h y con calor, un conductor ante una situación inesperada, antes frenar recorre 41 metros, mientras que “fresco” pisaría el freno 16 metros antes.

Los deslumbramientos: usar gafas polarizadas

Una factor de riesgo que acompaña al calor es el deslumbramiento, que requiere un estudio aparte, ya que puede ser causa de más de 3.500 accidentes en España. Los deslumbramientos incrementan la fatiga ocular y pueden impedir al conductor ver objetos peatones, e incluso, otros vehículos. Para evitarlos, es necesario el uso de gafas de sol polarizadas, cuanto mayor grado de polarización, mucho mejor.

Es conveniente recordar estas recomendaciones antes de salir de viaje, y no olvidar ajustar el aire acondicionado o coger las gafas de sol polarizadas, antes de iniciar el camino. Hacerlo en marcha puede apartar nuestra atención de la conducción.

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Luis Aladro – Director de Desarrollo de Prevensis

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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