A la vista de las opiniones vertidas por el resto de los implicados en la construcción, quizás deberíamos de empezar este articulo pidiendo perdón, ya que parece ser que somos los culpables de todos los males.

Los sindicatos, que tienen que justificar los grandes sueldos que cobran sus liberados por realizar no se que trabajo, los contratistas que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid culpabilizan de todo a los subcontratistas, pero siguen usándolos porque evidentemente les interesa, la administración que se limita a exigirnos que asumamos responsabilidades que no nos corresponden y que tengamos un montón de burocracia que en la realidad no sirve mas que para dar de comer a servicios concertados, etc..

Pero la realidad que nadie ve o quiere ver, es que el noventa por ciento de los accidentes que se producen en el sector son debidos únicamente a dos factores: la falta de formación de los trabajadores, ya no en materia de prevención, sino en sus propios oficios, ya que muchísimos de los accidentes se producen por imprudencia, descuido o exceso de confianza de los propios trabajadores y el destajo, que parece que se quiere ignorar su existencia, cuando la realidad es que el cien por cien de los contratos de obra son a destajo.

Se pretende culpabilizar a los subcontratistas de una excesiva rotación del personal, cuando la realidad es que los trabajadores son auténticos mercenarios que se venden al mejor postor y que abandonan una empresa de un día para otro porque en la otra les pagan el destajo 100 Ptas más el metro.

Se pretende culpabilizar a los subcontratistas de la falta de medidas de protección colectiva en las obras, cuando la realidad es que el subcontratista coloca las protecciones que le facilita la contrata principal y su personal esta a las ordenes del jefe de obra y los encargados de la contrata principal, y que son los que marcan el ritmo de los trabajos en la obra, y para los cuales salvo honrosísimas excepciones, lo único que cuenta es la producción, y las empresas que se entretienen demasiado en colocar medidas de protección no interesan, sobre todo teniendo en cuenta que la responsabilidad y las sanciones van a ser para el subcontratista, pues aunque la responsabilidad sea solidaria, al final el contratista siempre debe dinero al subcontratista, y en cuanto surge el mas mínimo problema lo primero que hace es retenerle los pagos, por supuesto de pagar los contratos por hora trabajada, no quieren ni oír hablar, y siempre hay alguien dispuesto a hacer la obra que nosotros no queremos, por supuesto los trabajadores tampoco quieren saber nada de cobrar salarios de convenio claro.

Se pretende culpabilizar a los subcontratistas de ser unos “pistoleros de la construcción” que lo único que les interesa es el dinero, y la realidad es que en la cadena de la producción de una obra, son los que menos margen tienen, y que en cuanto surge el más mínimo problema, este margen desaparece y todo son perdidas.

Y así podríamos seguir con otras muchas cuestiones que por no alargarme doy por sabidas, pues desde luego la impresión es que es muy fácil tener una cabeza de turco en el más débil.

La empresa para la que yo trabajo, esta realizando un esfuerzo muy serio tanto económico como humano para llevar hasta las ultimas consecuencias la cultura de la prevención, y el resultado es como predicar en el desierto. Las contratas no quieren saber nada, solo les interesan los plazos de ejecución y que no les falten trabajadores en la obra, pues saben que en caso de accidente las responsabilidad económica la pagara siempre el subcontratista, o ellos solidariamente pero con el dinero que ilegalmente en muchos casos le tienen retenido a la subcontrata. Los trabajadores solamente quieren llevarse a casa a fin de mes 600.000 o 700.000 Ptas. y los riesgos los tienen asumidos, no tienen conciencia en la mayoría de las ocasiones de las imprudencias que cometen, y pongo un ejemplo: Estando realizando una inspección a una obra, pude contemplar junto con el Jefe de Obra, como un operario nuestro, levantaba una red de seguridad de un noveno piso, para acto seguido y sacando mas de medio cuerpo fuera del forjado, arrojar un bidón vacío a la planta inmediatamente inferior, el bidón resbalo de sus manos y cayo las nueve plantas, arrastrando en su caída dos barandillas de plantas inferiores y la barandilla perimetral de la parte inferior de la obra, y gracias a Dios, no dio a nadie. Inmediatamente llame al operario, y fue sancionado con quince días de suspensión de empleo y sueldo, por la imprudencia cometida, al día siguiente a primera hora de la mañana, tenia en la obra un plante de los 7 compañeros restantes de la cuadrilla, que amenazaban con abandonar la obra si no se levantaba la sanción al operario. Creo que huelgan los comentarios sobre la actitud de los trabajadores, y esto es extrapolable al noventa y nueve coma nueve por ciento de los trabajadores.

Mi empresa cuenta con un departamento propio de Prevención, el cual yo dirijo, tiene unos presupuestos altísimos para desarrollo de planes preventivos y formación, la rotación de la plantilla es mínima, en nuestros manuales de calidad, hemos incluido la Prevención de Accidentes como parte de la calidad, y a pesar de ello, no conseguimos rebajar significativamente los índices de accidentes, ¿cuál es el motivo?, pues sencillamente la nula colaboración del resto de implicados en el proceso: sindicatos, contratas, trabajadores y administración.

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Ángel Terrés Rubio – Jefe del Departamento de Prevención de Encofrados Santa Barbara, S.L.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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