Un encargado de obra y un trabajador aceptaron una condena de seis meses de prisión -conmutables por una multa de 1.080 euros- por la muerte de un operario que falleció sepultado por una hormigonera en una zanja mientras trabajaba en una obra que se estaba realizando en Martos (Jaén).
El Ministerio Fiscal y la defensa alcanzaron este acuerdo de conformidad en el juzgado de lo penal número uno de Jaén, de modo que los dos acusados reconocieron los hechos relatados en el escrito del Ministerio público, en los que se les considera autores de un delito de imprudencia grave con resultado de muerte.
El tercer acusado, el director técnico de la obra, José Julián C.A., quedó absuelto al retirar la Fiscalía la acusación que pesaba sobre él, ya que se concluyó que, entre sus funciones, no se encontraba la de velar por el cumplimiento de las medidas de seguridad para prevenir riesgos laborales.
El ingeniero que elaboró el informe pericial sobre lo ocurrido en la obra declaró que el accidente mortal “se podía haber evitado de haberse adoptado las medidas oportunas”, pero consideró que José Julián C.A. no fue “responsable profesionalmente” de lo sucedido porque era “el autor del proyecto y el director técnico de la obra, sin tener nada que ver con la prevención de riesgos laborales”.
Respecto a los otros dos acusados, el Ministerio público rebajó su petición inicial de un año y medio de prisión a una pena de seis meses de cárcel conmutables por una multa de 1.080 euros.
El fiscal tuvo en cuenta la atenuante de reparación del daño, ya que la familia del trabajador fallecido ya ha recibido 187.000 euros de indemnización en concepto de responsabilidad civil. A la petición del fiscal se adhirió la defensa de los dos procesados tras el acuerdo alcanzado entre las partes.
Los hechos se remontan al 24 de enero de 2003, cuando Rogelio V.G. prestaba sus servicios para la empresa Mipelsa S.A. en una obra situada en la confluencia de dos avenidas de Martos.
Sobre las 9.15 horas de ese día, el acusado Antonio V.G. estaba manejando un vehículo dumper-hormigonera, procediendo a estacionarlo justo al lado de una zanja en cuyo interior se encontraba Rogelio V.G.
Según el fiscal, este acusado “no adoptó ninguna de las medidas de seguridad imprescindibles e indispensables” para el manejo de esta máquina -como situarla a dos metros o colocar un tope fijo-, por lo que en el momento en que comenzó a verter el hormigón al interior de la zanja “el vehículo cedió y cayó al interior, sepultando al trabajador Rogelio V.G.”. Como consecuencia, éste falleció en el acto.
Asimismo, señaló que el otro acusado, el encargado de la obra, Juan O.M., “dio la orden de verter el hormigón a pesar de tener conocimiento, como todos los acusados anteriores, de que no se habían adoptado las medidas de seguridad necesarias”.
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