La Comunidad de Madrid acoge a uno de cada cinco inmigrantes que cruzan las fronteras para asentarse en España, en concreto un 22% de la población extranjera del país. Así se refleja en un estudio de la Unión Sindical Obrera (USO), que fue presentado ayer.
El informe refleja que, en la actualidad, residen en la región 158.000 inmigrantes con permiso de trabajo, de los que 107.000 están cotizando a la Seguridad Social. A esta cantidad hay que añadir los 100.000 sin papeles que este sindicato estima que también viven en Madrid, de los que muchos lograran su regularización en el proceso que está abierto.
Rafael Romo, el coordinador del área de Inmigración de USO, destacó el elevado número de ecuatorianos que trabajan en Madrid (58.000, según sus cifras), que ya han superado en número a los procedentes de Marruecos (unos 38.000). La zona de una mayor concentración es el distrito Centro de la capital, donde un 16% de la población residente es de origen extranjero.
Los trabajos que ocupan son de escasa cualificación, como el servicio doméstico, en el que el 63% de las empleadas son latinoamericanas, o la construcción, donde más del 65% de los obreros extranjeros son de origen marroquí, aunque cada vez son más los ecuatorianos que se incorporan a este sector. «En general, trabajan por debajo de las condiciones fijadas en el convenio colectivo, con una jornada laboral mayor y menos sueldo. Eso va en detrimento suyo y del resto de los trabajadores», aseguró Rafael Romo.
Este empeoramiento de las condiciones se está notando, especialmente, en el servicio doméstico, donde hay internas que están cobrando tan sólo 60.000 pesetas al mes, por debajo del salario mínimo interprofesional.
El perfil del inmigrante que llega a la Comunidad es el de una persona joven, de entre 20 y 25 años, con una baja cualificación o con estudios que no puede homologar fácilmente en España, por lo que suelen ganarse la vida en el sector servicios, sobre todo atendiendo ancianos, en la hostelería o en el comercio, además de los dos ya mencionados, construcción y servicio doméstico.
«Los inmigrantes son concebiso por la sociedad como mano de obra barata por su menor poder social de negociación y su estatus jurídico inestable», señala USO en su infome. «Al empresario le interesan porque su mayor grado de necesidad les obliga a aceptar peores condiciones de trabajo, incrementando la fragmentación de de las relaciones laborales», añade el estudio.
Muchos son los casos de explotación que han llegado a este sindicato a través de su servicio de asesoría jurídica, que es de carácter gratuito para los extranjeros sin recursos económicos.
«Este país necesita mano de obra que contribuya a mantener el estado de bienestar y también es necesaria una inyección demográfica ante el envejecimiento de nuestra sociedad», apuntó el secretario de Acción Social, Ramón Salaices.
Como aspecto negativo mencionó «el reto de su integración en los servicios sociales», sobre todo de los indocumentados.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
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