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La inquietud de un ataque bacteriológico como el que sufre Estados Unidos a través del correo ha llegado a los ciudadanos que temen que ocurra en su entorno. Esto ha motivado la reunión que mantienen hoy en el Centro de Coordinación de Emergencias de la Generalitat en la localidad valenciana de L’Eliana responsables de los bomberos de toda la Comunidad para definir un protocolo de intervención bacteriológica. En Alicante, sólo los bomberos tienen trajes especiales, y reclaman que también el Samu pueda incluirlos en sus equipos.

El Parque de Bomberos clasifica las emergencias en tres niveles, el 1 es el de las actuaciones ordinarias con fuego y humo; el 2 implica unos sistemas de protección para líquidos peligrosos; y el 3 se utiliza en el caso de emanación de gases o una contaminación bacteriológica. En la última clasificación se encuentra la posible infección de ántrax. «De los 13 grupos admitidos como mercancías peligrosas hay uno que se refiere a las materias nocivas, el 6.2 en el que está el carbunco», señala el suboficial del Parque de Bomberos, Isidoro López, quien equipara la intervención de un posible envío de esporas de esta bacteria con el transporte de órganos contaminados.

Si se diera una emergencia por ántrax, los bomberos cuentan con un vehículo especializado y tienen preparados cinco trajes herméticos con los que inutilizar el producto. Son iguales a los que llevan los bomberos americanos y están hechos de capas de un material denominado vuitton butil. Cada uno de ellos cuesta medio millón de pesetas y los fabrica la empresa alemana Auer. El bombero necesita un equipo de respiración porque queda completamente aislado. El traje se hincha y en caso de un pinchazo sólo saldría aire, no afectaría al bombero, a no ser que se exponga durante mucho tiempo.

Emplean entre 5 y 10 minutos en ponérselo y requiere de ayuda. Además, tanto antes como después de actuar se produce una desinfección de los trajes con agua a 60 grados que efectúa otro compañero que viste un equipo especial ‘antisalpicaduras’ para no resultar infectado él. El agua se recoge y se diluye o se envía a analizar. La autonomía de trabajo es de 10 minutos, tiempo que no puede sobrepasarse.

El aislamiento tiene como único fin proteger a quienes lo portan. Su sistema de actuación está basado en las directrices que marca el área sanitaria, que es quien da las instrucciones sobre cómo recoger las muestras, según reconoce el jefe de bomberos, Ildefonso Prats. Por el momento no existe ningún tipo de recipiente predeterminado para la recogida de esta sustancia nociva.

El traje aisla completamente a quien lo lleva, que porta una bombona de oxígeno y un sofisticado ordenador que le permite saber el tiempo que le queda para seguir trabajando.

El suboficial del Parque de Bomberos Isidoro López acude a la reunión de hoy convencido de que un ataque con ántrax en Alicante es poco probable, aunque duda menos que alguien quiera gastar una broma de mal gusto. «Ahora hay una sensibilidad especial de protección contra el ántrax, pero el ciudadano debe saber que convive con material peligroso como el metacrilato o elementos de riesgo como el butano. Los bomberos llevamos años preocupándonos por temas como éste».

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La Verdad

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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