El asma ocupacional, considerada como la patología crónica de origen laboral más común en España, es responsable del diez por ciento de todos los casos de esta enfermedad, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que apunta que la proporción podría llegar hasta el 15 por ciento si el problema se diagnosticara en todos los trabajadores afectados.
El neumólogo Vicente Plaza, miembro del área de trabajo sobre asma de la Separ, sostiene que las principales profesiones de riesgo para contraer esta patología son aquellas que ponen a la persona en contacto con isocianatos, sustancias que se encuentran en pinturas, plásticos y gomas, así como aquellas donde existe contacto con harinas y maderas. La enfermedad resulta problemática también en el área laboral sanitaria, sobre todo entre auxiliares y personal de Enfermería, por el contacto con objetos de látex, material con el que están realizados, entre otros productos, los guantes quirúrgicos.
Plaza explica además que “hay una categoría laboral, la de los trabajadores de la limpieza, donde el asma tiende a ser bastante habitual por los productos químicos a los que están expuestos”.
La Separ considera que el asma ocupacional tiene un importante coste social, puesto que en ocasiones implica la separación del trabajador afectado de la actividad laboral.
Dado que en España el asma está reconocida como enfermedad profesional, el enfermo tiene derecho a ser atendido a cargo de la Seguridad Social, que determina, en muchos casos, una indemnización de por vida. En este sentido, Plaza señala que “la principal dificultad con que nos encontramos es que los agentes causantes de la patología en el medio laboral son casi infinitos y de diferentes procedencias” y que “rara vez contamos con la colaboración de la empresa para que nos proporcionen muestras de todas las sustancias a las que están expuestos los trabajadores”. Otro problema añadido, comenta el neumólogo, es la escasez de unidades especializadas para realizar una valoración correcta de la enfermedad.
Otro de los frentes de lucha contra las enfermedades neumológicas que mantiene abiertos la Separ es el del tabaco. Aunque la última Encuesta Nacional de Salud constata que la proporción de españoles fumadores se redujo al 31 por ciento frente al 35,2 por ciento de hace cinco años, sin embargo se ha detectado un aumento de consumo en mujeres, niños y jóvenes.
El responsable del grupo de trabajo sobre tratamiento del tabaquismo de la Separ, Carlos Jiménez, confirma esta estadística, así como el descenso del consumo del tabaco entre los varones adultos. No obstante, Jimenez advierte que “en el resto de los grupos demográficos se está produciendo el fenómeno inverso”.
Este responsable de la Separ llama la atención sonre el hecho de que el tabaco es “el responsable directo” de numerosas enfermedades. Entre éstas, Jiménez destaca los enfisemas, la bronquitis crónica, la hipertensión arterial, las hemorragias cerebrales y otras vasculopatías , las cardiopatías isquémicas, los aneurismas de aorta y los cánceres de pulmón, esófago, cavidad oral y laringe. En su opinión, la consecuencia de no dejar de fumar provoca cuatro millones de muertes anuales, de las que 600.000 ocurren en Europa y de éstas, 56.000 en España.
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