Los trabajadores del amianto exigieron a la Junta de Castilla y León que elabore “de inmediato” un inventario sobre todos los edificios y otras construcciones realizados con este material y que apruebe una normativa específica para la retirada y gestión de los residuos que contengan amianto, ante los nocivos efectos de esta sustancia.
En este sentido, los trabajadores del amianto precisaron que el 80 por ciento de los edificios públicos realizados entre 1965 y 1990 contienen amianto, con especial atención a algunas construcciones como hospitales, centros escolares, estudios de radio o televisión, salas de cine, oficinas bancarias o sistemas de ventilación, calefacción o materiales innífugos.
Asimismo, los responsables de CC.OO recordaron que la Junta de Castilla y León tiene las competencias pertinentes para aplicar la ley que prohíbe el uso de este material –esta norma entrará en vigor el próximo 14 de junio– y adoptar otras medidas de acompañamiento que vigilen la salud de los 12.000 trabajadores de la Región que en los últimos 25 años han estado expuestos a este producto.
Según los datos de Comisiones Obreras, se calcula que hasta el año 2025 unos 4.700 trabajadores de Castilla y León desarrollarán cáncer de pleura y de pulmón como consecuencia de su contacto directo con el amianto, por lo que solicitaron a la Administración regional que habilite suficientes unidades de oncología y de neumología para que estas personas no se vean obligadas a desplazarse a otras comunidades y tengan una adecuada vigilancia de su salud.
El control de la salud de los trabajadores ligados a este producto y que en la actualidad están en una situación pos-ocupacional o la realización de un programa de vigilancia de la salud de todos los empleados del amianto son otras de las demandas de este colectivo que vive “con mucho miedo en el cuerpo y con la muerte en los talones”, según expresó Esteban Doncel, trabajador de Uralita.
El responsable del Departamento de Salud Laboral de CC.OO en Castilla y León, Mariano Sanz, destacó que alrededor de este producto hay “cuatro grandes problemas” que pasan por las consecuencias para salud de los trabajadores de la exposición al amianto, la implicación de la autoridad laboral para vigilar el estricto cumplimiento de la ley y el necesario desmantelamiento de los edificios construidos con amianto.
Asimismo, Mariano Sanz apostó por llevar a cabo un adecuado cambio de las tecnologías en las empresas del sector que aseguren la efectiva erradicación del uso de este producto.
Las patologías más frecuentes causadas por el amianto son la pleuritis, la asbestosis o fibrosis pulmonar, cáncer de pulmón, mesotelioma y tumores de laringe y del aparato digestivo.
El amianto es un nombre genérico que se da a varios minerales fibrosos y cristalinos de silicato presentes en la naturaleza de composiciones químicas y propiedades diferentes. Los más comunes son el crisotilo (amianto blanco), la crocidolita (amianto azul), la amista (amianto marrón), la antifolita, la tremolita y la actinolita.
Este producto tiene más de 3.000 aplicaciones y se puede encontrar en el sector de la construcción, en vehículos, barcos y aviones, edificios, tuberías, calderas o sistemas de calefacción y aireación .
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
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