El secretario regional de UGT, Carlos Pedrosa, ha pedido «firmeza» a las administraciones «para que hagan cumplir» a los empresarios las leyes en materia de riesgos laborales y «contundencia» a la hora de sancionarlos, si no las cumplen. El líder regional de UGT criticó que la falta de firmeza que, a su juicio, están demostrando las distintas administraciones a la hora de defender el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales «está perjudicando gravemente a los trabajadores de este país».
En este sentido aludió a las declaraciones «ambiguas» realizadas por responsables de distintas administraciones cuando se producen accidentes laborales y a sentencias judiciales «desafortunadas», dijo, como las dictadas en Barcelona y Sevilla, «que señalaban a los trabajadores como responsables de los accidentes sufridos por ellos mismos». Según Pedrosa, «es obligación del empresario velar por que el trabajador se ponga el casco y vigilar que lo tenga puesto durante toda la jornada laboral», y que su omisión es en sí misma constitutiva de un delito.
Por este motivo, hizo un llamamiento a la administración autonómica para que en los próximos Presupuestos regionales se incluya una mayor dotación a la prevención de riesgos laborales y se dote a los sindicatos y a los empresarios de métodos de control sobre la eficacia de estos medios públicos para frenar la siniestralidad laboral.
Según Pedrosa, desde el año 1999 a 2003 los accidentes de trabajo han aumentado de «forma sistemática e imparable»; así entre 1999 y 2000 aumentaron un 11,14 por ciento, en el periodo 2000-20001 aumentaron un 3,52 por ciento, en el 2001-2002 un 2,93 por ciento y entre 2002 y 2003 un 1,15 por ciento.
El dirigente «ugetista» subrayó también que Castilla-La Mancha fue, junto con Madrid y la Rioja, la única comunidad autónoma en la que en 2003 no bajaron los accidentes laborales con baja. Significó también que los accidentes en la región -excluidos los «in itinere»- se producen sobre todo en trabajadores con contratos de menos de 3 años de duración (70,75 por ciento), mientras que los trabajadores con contratos de menos de un año sufren el 49,49 por ciento de los accidentes.
Por tamaño de la empresa, el 69,68 por ciento de los accidentes se producen en centros de trabajo con menos de 50 trabajadores y el 16 por ciento de los accidentes se produce en empresas de 5 o menos trabajadores, y los sectores que acumulan una mayor siniestralidad son construcción y servicios. Pedrosa subrayó también que, durante el primer semestre de 2004, se han registrado 34 accidentes mortales, de los cuales 21 los sufrieron trabajadores con contrato temporal y, más concretamente, 16 de los 34 trabajadores muertos tenían contrato de obra y servicio.
Por edad, el 34,24 por ciento de los accidentes graves lo sufren menores de 30 años y, en accidentes mortales, los menores de 30 años sufren el 23,52 por ciento de los accidentes. En cuanto a las causas, 12 de las muertes se produjeron por choque o golpe, 4 por atrapamiento o aplastamiento, 3 por infartos o derrames, 4 por colisión con objetos, 4 por otros contactos, uno por aplastamiento con o contra un objeto inmóvil, uno por contacto con llama o altas temperaturas, uno por ahogamiento, uno por contacto indirecto eléctrico, uno por descarga eléctrica y los dos restantes por causas desconocidas.
En opinión de Pedrosa, «estas cifras son lo suficientemente graves» para que las distintas administraciones se las tomen en serio y adopten las medidas oportunas, entre las que citó la elaboración de un Plan Regional de Inspección y la creación de una Comisión Territorial de Inspección y de un Observatorio Permanente de las Condiciones de Trabajo.
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