El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha advertido a la central nuclear de Cofrentes que son “inaceptables’ los 12 incidentes que registró durante los meses de febrero y marzo de 2002. Aunque se trata de problemas de bajo nivel, avisan a los responsables de estas instalaciones, explotadas por Iberdrola, de que deben ser solventados.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha advertido a la central nuclear de Cofrentes que los doce sucesos significativos que ha sufrido entre febrero y marzo de este mismo año son “un síntoma de la existencia de problemas que, de agravarse por no ser adecuadamente corregidos, podrían generar incidentes más significativos en el futuro, algo que no es aceptable’.
La central nuclear registró a lo largo de la décimotercera parada de recarga, entre febrero y marzo, y durante el proceso posterior de arranque del reactor, un “número anormalmente alto de incidentes operativos’, según lo ha calificado el CSN en un informe remitido al Congreso de los Diputados, recogido por la agencia Europa Press.
En concreto, la planta nuclear sufrió doce sucesos significativos y todos ellos fueron clasificados como nivel cero -sin impacto en la seguridad- en la escala INES, que tiene una escala máxima de siete. A lo largo de su historia, Cofrentes registró dos incidentes de mayor gravedad (nivel 1) en 1998 y 1993.
El CSN procedió a realizar una investigación para evaluar las causas y proponer acciones correctoras. Así, dado el “elevado número de sucesos y el aumento producido en las últimas recargas’ se estimó necesario adoptar un plan de acción para corregir las deficiencias estructurales u organizativas.
20 fallos
Aunque el informe de la CSN ha fijado ahora en 12 los incidentes de Cofrentes entre febrero y marzo de 2002, la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, aseguró el pasado mes de abril que fueron 20 los fallos que se produjeron durante el proceso de recarga de marzo y que la situación no era “tan grave’. A pesar de ello, el CSN ha lanzado ahora su advertencia.
La central nuclear ubicada en el Valle de Ayora-Cofrentes comenzó a funcionar en 1985 y hace dos años se le renovó la autorización de explotación hasta 2010.
La causa más repetida en los sucesos fueron los aspectos humanos y organizativos, en los que se incluyen la formación, factores humanos, planificación y cultura de seguridad, según el CSN.
Además, en cuatro de los incidentes se estimó que hubo un componente importante de “inadecuada planificación, precipitación o presión para el cumplimiento de los plazos previstos’.
En algunos sucesos, según explica el CSN, la causa fue “una potencial debilidad de cultura de seguridad’ y en dos casos primó la ejecución del programa frente a consideraciones relacionadas con la seguridad. El organismo encargado de la seguridad nuclear destaca, asimismo, que se produjeron un “elevado número de paradas automáticas del reactor’, y sobre todo apunta que “las cuatro últimas se produjeron en cuatro días consecutivos durante el proceso de arranque’.
También se detectaron fallos en análisis de ingeniería previos a la ejecución de trabajos y se advierte que en algunos sucesos “se ha constatado que no habían sido valoradas adecuadamente determinadas implicaciones con impacto en seguridad’.
El Consejo resalta el número de sucesos relacionados con deficiencias de procedimiento, bien porque era inadecuado bien porque no existía el procedimiento. Otro de los factores que influyó en los sucesos significativos son los “potenciales problemas relacionados con la formación’.
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