El presidente de la patronal navarra, José Manuel Ayesa, fue el más acertado a la hora de definir el plan, que tachó de “solidario” para con las personas que más difícil lo han tenido para trabajar en estos años de creación de empleo. Mujeres; jóvenes; inmigrantes; parados de larga duración; y marginados, serán los grandes beneficiarios de las actuaciones programadas por el segundo Plan de Empleo suscrito por los principales agentes económicos y sociales de Navarra.
No es que el plan introduzca grandes novedades. Se mantienen los mismos instrumentos (subvenciones por contratación, cursos de formación, ayudas al autoempleo, etc…) que han dado ya buenos resultados en las políticas de empleo de Navarra. Lo novedoso es que el Servicio Navarro de Empleo, principal organismo encargado de acometer el plan, focalizará las ayudas en quienes más las necesitan.
Balance y diagnóstico
El preámbulo del plan hace balance positivo de su predecesor, puesto en marcha en 1999 y que finaliza este año, porque “ha permitido mejorar las cotas de bienestar de todos los ciudadanos y ciudadanas, a través de la creación de empleo y de la disminución del paro”. Los firmantes del plan sostienen que “en estos tres años se ha generado empleo, los jóvenes han tenido más oportunidades de formación, la desigualdad laboral de la mujer ha disminuido, y la mayoría de la sociedad navarra comprende y acepta la llegada de mano de obra de otros países”.
Gobierno, patronal, UGT y CC OO sólo aprecian tres sombras por corregir, y ésas serán las prioridades del nuevo plan: el paro femenino y juvenil; la inestabilidad de los contratos, y las altas cotas de accidentes que sufren los trabajadores navarros.
Tras estampar su firma en el plan, el presidente del Gobierno, Miguel Sanz, el de la CEN, José Manuel Ayesa y los secretario generales de los sindicatos UGT, Juan Antonio Cabrero, y CC OO, José María Molinero, mostraron su satisfacción por este acuerdo, fruto de meses de negociación.
Miguel Sanz, que tachó el acuerdo de “imprescindible”, recordó las grandes cifras del plan, cuyo coste, dijo, casi 70.000 millones en tres años, “es perfectamente asumible” por las arcas del Gobierno foral sin romper el equilibrio presupuestario. Sostuvo que “este plan ha huido de las generalidades e incide en la micropolítica, porque es importante, una vez conseguidos los objetivos macroeconómicos, descender a las políticas que demandan los ciudadanos”.
Por su parte, Ayesa incidió en lo que supone de compromiso de los firmantes para con el desarrollo económico de Navarra, “cuando quizás las perspectivas económicas no son tan optimistas” porque hay síntomas de desaceleración, y de solidaridad para con los menos favorecidos por el mercado de trabajo.
Por su parte, Cabrero (UGT) destacó el enfoque europeísta del Plan, tanto en su impulso del empleo femenino, como en la revisión del encadenamiento de contratos temporales. Y Molinero (CC OO) lo calificó de “equilibrado” porque “diagnostica los problemas que tenemos en la comunidad y a cada uno, trata de aportar una solución”.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
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